Aquellos que alguna vez han estado a dieta han experimentado de primera mano lo que es una "dieta nocturna". El deseo de comer ataca a una persona por la tarde o por la noche, cuando el cuerpo, todavía distraído por las preocupaciones del día, se relaja un poco. Es en este momento cuando los pensamientos no deseados sobre la comida comienzan a asomarse a mi cabeza.
La transición de un menú regular a una dieta equilibrada no es tan fácil ni tan rápida como parece. Para acelerar el proceso, lo principal es acostumbrarse a comer a una hora determinada. Los pensamientos obsesivos sobre la comida por la noche son principalmente un problema psicológico. Para hacer frente al "zhoror nocturno", tienes que trabajar en ti mismo.
Cómo resistir los deseos obsesivos
Cuando el peso disminuye, el cuerpo pierde gradualmente su estado de comodidad habitual. Para muchos, la comida aparece como una forma de obtener placer. Pequeños bocadillos, bollos altos en calorías, dulces o dos en la víspera del almuerzo: muchos están acostumbrados a estos placeres. Cuando esto se quita, el cuerpo siente malestar y trata de recuperar sus alegrías habituales.
En su mayor parte, esto no se puede hacer sin un especialista que ayude a corregir la conducta alimentaria. Si te preparas firmemente para un resultado determinado, todo será un poco más fácil. Podría pensar en cómo reemplazar los impulsos para atiborrarse de inmediato. Consíguete un pasatiempo al que prestar atención e intenta hacer algo para retrasar tu incursión en el frigorífico. Por ejemplo, leer un libro, sacar otro paseo al perro, hablar por teléfono.
Durante el día y la noche, es muy posible hacer frente al deseo de comer en horas inoportunas, distraerse con otras cosas. Pero de noche se convierte en un verdadero problema. En este momento, no hay casi nada con qué distraerse, y entrar en el refrigerador y comer adecuadamente es mucho más fácil que domesticar el cuerpo.
La dieta correcta para combatir el "hambre nocturna"
Para moderar su apetito, intente beber un vaso de yogur bajo en grasa o al menos agua antes de acostarse. Esto ayudará a reducir los dolores de hambre y distraerá un poco su estómago para que le permita dormir.
Trate de mantener el refrigerador libre de mayonesa y comidas preparadas, comida rápida y refrescos. Estos productos son dañinos en su composición y desea comer más de ellos. Si te permites comer por la noche, es mejor tener en stock especialmente para ello alimentos saludables que no te permitan engordar en exceso.
Pruebe las llamadas "comidas partidas": son tres comidas principales al día, que se diluyen con dos snacks. De esta manera, se sentirá lleno durante todo el día y, antes de acostarse, no tendrá la emoción del hambre.
Si pensamientos de comida entran en su cabeza en medio de la noche, trate de acostarse temprano. Dar un pequeño paseo antes de acostarse le hará dormir profundamente y profundamente. Por cierto, también perdemos peso durante el sueño si distribuimos adecuadamente las comidas. Es aconsejable que el intervalo entre la última cena y el desayuno de la mañana siguiente sea de al menos 12 horas; esto se debe tanto a los biorritmos como a la producción de hormonas.