Los celos se consideran uno de los sentimientos más negativos de una persona, se asocian con sentimientos y miedo a la posible pérdida de un ser querido. Ella es capaz de destruir la vida familiar y provocar una ruptura en las relaciones. Los celos siempre se deben a la inseguridad, la presencia de varios complejos en uno de los cónyuges.
El miedo al posible adulterio lo experimentan de manera más sensible personas poderosas y farisaicas, para quienes la idea de que alguien ha infringido sus intereses es intolerable. Estas personas tienden a considerar a un ser querido como su propiedad y niegan a los demás el derecho a mostrar el más mínimo interés en ellos.
Los celos a menudo ocurren en personas que están en desventaja en algo. Ellos, por regla general, no confían en sí mismos y, a partir de esta experiencia, temen una posible traición de un compañero. Les parece que ciertamente no pueden resistir la competencia con otro elegido de su alma gemela. Los celos en esas personas pueden surgir por cualquier razón, la más insignificante. Para esto, a veces es suficiente con echar una mirada accidentalmente a la pareja de un extraño. Los celos en esas personas suelen ir acompañados de un enfrentamiento tormentoso.
Los celos matrimoniales a veces se asocian con la experiencia de engañar a uno de los cónyuges. Proyecta mentalmente su comportamiento en su pareja e imagina que el cónyuge bien puede hacer lo mismo con él.
Los celos patológicos afectan la psique humana de manera más destructiva. Es el resultado del trastorno de personalidad de una persona. Un cónyuge en estado de celos sospecha constantemente, sin ningún motivo, de un compañero de traición y puede ser peligroso.
Los celos pueden ser causados tanto por una sospecha bien fundada de adulterio, como pueden ser completamente infundados. Se manifiesta en la vigilancia de las acciones del cónyuge, control sobre su correspondencia, llamadas telefónicas para encontrar evidencia de traición. Una expresión típica de los celos conyugales es también el comportamiento histérico de uno de los cónyuges, escándalos familiares acompañados de diversos tipos de amenazas (por ejemplo, dejar la familia).
Los celos también se pueden experimentar en silencio, pero a partir de esto no pueden ser menos destructivos para la psique humana. Para que los celos no eclipsen la relación matrimonial, es necesario confiar en su cónyuge, abiertamente y sin emoción, para discutir con él los problemas emergentes.