Es costumbre llamar malos hábitos a aquellos con los que arruinamos nuestra salud física y mental. Muy a menudo, estos incluyen el uso de diversas sustancias psicoactivas. Pero no hay hábitos menos destructivos a los que pocas personas prestan atención: los sociales.
- Egocentrismo. Muy a menudo hay personas que solo hablan de sí mismas. A veces pueden hacerte una pregunta, pero solo para luego decir: "Ya veo, pero yo …". Una persona egocéntrica se transfiere cualquier tema de conversación a sí mismo, y no es nada interesante comunicarse con él. Si nota una característica de este tipo en usted mismo, intente corregirla. Haga preguntas, esté sinceramente interesado en su interlocutor. Escuche, no para responder, sino para comprender. La interrupción también se aplica al mismo problema. Cortar las frases de tu oponente a mitad de una oración no solo es indecente, sino también destructivo para tu relación.
- Falta de atención durante el diálogo. En el mundo moderno, muchas personas no sueltan sus teléfonos móviles. ¡A veces miran la pantalla incluso durante una conversación con una persona viva! Definitivamente vale la pena deshacerse de este hábito. No obtendrá ningún resultado productivo del diálogo y la comunicación simultáneos en Internet. Se perderá mucha información y, muy probablemente, la persona ya no querrá comunicarse con usted. Si necesita resolver urgentemente algún problema en las redes sociales, pida esperar un minuto, luego deje su teléfono móvil a un lado.
- Autocompasión. Buscar atención para sí mismo a veces conduce a una avalancha de quejas. Una persona comienza a refutar todos los cumplidos que se le dirigen, luego intenta lograr nuevas palabras de elogio: "No seas tonto, me veo horrible hoy …" Si ha recibido un cumplido, acéptelo. Incluso si no se siente lo suficientemente atractivo en este momento, limítese a las palabras de gratitud. Y el tema de las quejas se refiere no solo a los cumplidos, sino también a toda la vida. Trate de ser una persona más alegre. Cuanto menos les digas a los demás lo malo que es todo en tu vida, más fácil y divertida será tu vida.
- Intenta complacer a todos. Este hábito puede gustarle a otros, pero es destructivo para la persona misma. Para todas las peticiones y acciones, no se pueden salvar los nervios ni la fuerza física. El deseo de ayudar a todos y a todos solo conduce al agotamiento de los nervios y a la irritabilidad. Aprenda a decir que no y dedique solo su tiempo a las cosas que realmente importan.
Solo hay cuatro hábitos, pero después de deshacerse de ellos, verá cuánto más cálida y cómoda se ha vuelto la comunicación con las personas que lo rodean. Con un poco de esfuerzo y práctica, un nuevo estilo de comunicación entrará firmemente en su vida.