Las mujeres son criaturas contradictorias, a veces los hombres no comprenden sus estados de ánimo y deseos. La mujer parece querer hacer algo ella misma, pero el hombre tiene que persuadirla. La falta de persuasión puede incluso ofender a una dama así.
Todas las características del comportamiento, tanto femeninas como masculinas, son inherentes al hombre por naturaleza. Y, por lo tanto, si algún comportamiento no está sujeto a una explicación lógica, lo más probable es que los instintos naturales y las leyes estén involucrados en él.
Para una mujer - atención, para un hombre - presa
Los hombres son cazadores por naturaleza, y las mujeres son aquellas a quienes los hombres deben cazar para formar una familia. Por lo tanto, la prioridad para algunos es lograr lo que quieren, mientras que para otros, resistirlo tanto como sea posible. Un hombre mismo se sentirá incómodo si una mujer comienza a estar de acuerdo con todas sus propuestas, porque de lo contrario no puede imaginar una vida normal. Toda su masculinidad se manifiesta en la lucha. La naturaleza de una mujer es inherente a la necesidad de mantener esta masculinidad. Y algo que se consigue con mucha dificultad se aprecia mucho más. Por lo tanto, el comportamiento de una mujer tiene como objetivo permitir que un hombre se destaque, que gane la competencia, y no importa, con los caprichos de otro hombre o de mujeres.
Una mujer en esta situación siente la atención del hombre hacia sí misma, lo que ciertamente le gusta. Por lo tanto, ambos socios satisfacen los instintos naturales. Las mujeres aman cuando no solo son conquistadas, sino también animadas a actuar, un poco empujadas hacia ellas. Entonces, las chicas más indecisas entienden que sus pensamientos con su pareja coinciden y uno puede actuar con más confianza, y las mujeres más fuertes se dan cuenta de que junto a ellas hay un hombre confiable que puede igualar su fuerza. Sin duda, esto atrae tanto a esas como a otras mujeres, porque incluso la chica más fuerte a menudo no quiere ver a un joven débil a su lado.
Elección de la mujer
Además, a la mujer se le da naturalmente una gran precaución y una especie de sabiduría femenina. Después de todo, se trata de una mujer que no debe ocuparse de algunos problemas o necesidades momentáneas propias, sino pensar en el futuro de ella y de su familia. Una mujer está más inclinada a pensar en cuestiones de supervivencia y bienestar, lo que significa que abordará cada propuesta con cuidado y elegirá decisiones en la vida de forma más deliberada que un hombre joven.
De hecho, para un hombre, por ejemplo, entablar una relación íntima con una niña puede verse como un pequeño entretenimiento, al mismo tiempo para una mujer puede tener consecuencias más graves. En consecuencia, una mujer, como todo lo demás en la vida, elegirá a una pareja con más cuidado. Un hombre, ante tal comportamiento de una niña, no debe indignarse por su inaccesibilidad. Es mejor para él fomentar tal coherencia y decisiones equilibradas de su elegido.