El habla convincente, acompañada de componentes expresivos no verbales, es todo un arte, dominio que es útil no solo para los psicólogos, sino también para todos los que se esfuerzan por lograr el éxito en la comunicación. Sin embargo, incluso sin dedicar mucho tiempo a estudiar los sistemas de codificación y decodificación adoptados en una sociedad en particular, puede hacer que una persona le crea con técnicas simples.
Instrucciones
Paso 1
Concéntrese en el contacto visual. La gente es consciente de que la aversión a los ojos es evidencia de mentira. Pero esto lleva al hecho de que una mirada demasiado concentrada en el interlocutor lo hace sentir inseguro y sospecha que eres poco sincero. No lo confunda con una perforación excesivamente persistente. Basta con mantener el contacto, dejando de vez en cuando a su contraparte sin supervisión visual constante.
Paso 2
Mantén la calma y la confianza. El interlocutor no debe tener la sensación de que estás tratando de presionarlo. La verdad no debería necesitar abundancia de pruebas, argumentos. Cuanto más persistente y persistente sea, cuanto más intente influir en el interlocutor, más rápido y más argumentos nuevos y, a veces, incluso absurdos se reemplazan entre sí, es más probable que se sospeche de usted, si no de engaño, al menos de la hecho de que usted mismo no está muy seguro de la veracidad del mensaje que se está transmitiendo.
Paso 3
Compórtate de forma natural. No debe parecer alguien que tiene otros objetivos además de la comunicación. Incluso si está dando deliberadamente información falsa, trate de olvidarla. Cíñete a tu estilo de comunicación habitual, especialmente si estás hablando con alguien cercano a ti. No sature el habla y el movimiento con símbolos que se consideren "persuasivos", pueden llamar la atención y hacer que una persona piense que tiene una razón para usarlos.
Paso 4
Evite introducir palabras en su discurso que enfatizarían que está diciendo la verdad. Esto puede actuar nuevamente, al menos a nivel subconsciente, de modo que la persona comience a sospechar que usted miente. Si no le da una razón para pensar en esa posibilidad, no dudará de la veracidad de sus palabras y no tendrá que hacer ningún esfuerzo para hacerse creer.