Muy a menudo, los colores que la gente elige en la vida cotidiana pueden indicar el estado de ánimo de una persona. Pero lo más interesante es que se puede diagnosticar observando tendencias en el comportamiento humano o utilizando una de las pruebas de color. Por ejemplo, una de las pruebas de Luscher más populares puede ayudar en esta tarea.
Incluso antes del estudio de esta área de la psicología, muchos científicos aseguraron que el predominio de colores oscuros en la ropa significa un signo de estado de ánimo deprimido en una persona. Sin embargo, esta hipótesis no fue confirmada.
Durante el experimento, muchos sujetos afirmaron que su color favorito es el negro, pero son personas absolutamente felices y están de un humor maravilloso. Con la recepción de tales datos empíricos, tal hipótesis se derrumbó de raíz.
Otro dato interesante que los científicos han podido establecer es que un grupo de sujetos que usaban colores brillantes, incluso ácidos, estaban deprimidos durante bastante tiempo y su estado de ánimo ya había alcanzado el punto de vista crítico máximo. Los científicos atribuyeron este resultado específico a un reflejo incondicionado, similar al de los animales. Por ejemplo, aunque muchos animales son daltónicos, pueden distinguir colores brillantes. Por lo tanto, para muchos animales, los colores brillantes son una señal de peligro y provocan una reacción agresiva.
Se puede observar una reacción similar en algunas personas que usan colores brillantes en su ropa. Pero este punto de vista aún no ha encontrado su confirmación exacta, por lo que permaneció en la lista de supuestos.
La respuesta y medida del estado de ánimo a las escalas de colores es un indicador individual que puede aumentar el indicador del estado de ánimo y contribuir a su disminución.
Otro punto de vista que se está desarrollando es la preferencia por el color sobre el predominio del tipo de pensamiento. Por ejemplo, las personas que tienen un pensamiento creativo más desarrollado prefieren colores brillantes y variados, mientras que las personas con pensamiento conservador prefieren tonos consistentes: blanco, negro o beige, es decir, las opciones clásicas.
Sin embargo, la investigación en esta área aún está en curso y los científicos durante muchas décadas no han podido llegar a una opinión común sobre si existe una relación entre la elección de un esquema de color y un indicador de estado de ánimo y cuál es la naturaleza de tal conexión..