¿Qué Es Más Importante: Los Sentimientos O La Razón?

¿Qué Es Más Importante: Los Sentimientos O La Razón?
¿Qué Es Más Importante: Los Sentimientos O La Razón?
Anonim

Sentimientos y razón: ¿cuál es más importante? Esta pregunta ha ocupado a la gente en todo momento. Depender de qué hacer elecciones de vida: ¿en el corazón o en la cabeza? Y la respuesta es simple, y está en la superficie: tanto los sentimientos como la razón son igualmente importantes. Debes escucharlos por igual.

sentimientos o mente
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Sentimientos y Mente. Quiero y necesito

Si una persona escucha exclusivamente a la mente, corre el riesgo de reprimir sus sentimientos, olvidar cómo sentir, perder su intuición. Una persona así se ve obligada a vivir en las garras del "debería" y el "derecho". Empieza a hacer las mismas exigencias a los que le rodean, a condenarlos y castigarlos por el "exceso" de sentimientos, de los que él mismo se ve privado.

Si una persona solo escucha los sentimientos, corre el riesgo de ser capturado por sus pasiones, perderse en sus deseos y dejar de distinguir entre “querer” y “necesitar”. La adhesión ciega a los sentimientos conduce al hecho de que una persona se da un capricho. Y luego es muy difícil recuperar la voluntad.

Algunas personas optan por confiar en la mente para sí mismas y escuchar los sentimientos como guía. No es en vano que una persona tenga ansias de algo, no sin razón simpatiza con alguien o evita a alguien. Siempre hay una razón y un propósito para esto. Antes de tomar decisiones, es importante comprender tanto la causa como el propósito de sus instintos.

Otras personas consideran que sus sentimientos son más importantes y usan su mente como guía. Evalúan cómo no hacer tonterías y no perder el suelo bajo sus pies, siguiendo sus deseos.

Sin embargo, la diferencia entre la primera y la segunda ruta no es significativa. No es tan importante si los sentimientos o la razón son primordiales. Es importante que estén equilibrados.

¿Cómo encontrar el equilibrio entre los sentimientos y la razón?

Cuando se enfrente a una elección entre su "deseo" y su "deber", no se permita tomar decisiones apresuradas ni sacar conclusiones precipitadas. Detente y observa el péndulo dentro de ti.

No trates de ahogar ni los sentidos ni la mente. Escúchate a ti mismo, concéntrate. Vive, respira, mira. El péndulo sigue oscilando, ¡pero es muy importante no empujarlo! Por el contrario, con cada movimiento, intente ralentizar el swing. Sigue mirando.

En ese momento, cuando el péndulo casi ha dejado de oscilar entre "quiero" y "debo", llegan las decisiones más fáciles y correctas. Sepa esperar y, tal vez, la situación se resuelva por sí sola.

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