En la agitada vida de una persona moderna, no siempre es posible asignar el tiempo suficiente para dormir adecuadamente. Además, cada vez con más frecuencia las "luminarias de la ciencia" a través de los medios de comunicación sugieren que dormir mucho es perjudicial y te hacen pensar que una persona ha estado durmiendo la mitad de su vida. ¿Es todo esto realmente así?
Por supuesto no. Para dormir la mitad de la vida, una persona debe pasar doce horas al día durmiendo. ¿Alguna vez has conocido a una persona así? En el mejor de los casos es un tercero (es decir, 7-8 horas), pero en realidad es menos, porque siempre hay algunos asuntos urgentes que requieren ejecución urgente. Pero, ¿es prudente sacrificar el sueño?
El sueño es la única oportunidad que tiene el cuerpo para recuperarse antes de que comience un nuevo día, y si una persona constantemente “no duerme lo suficiente”, esto afecta instantáneamente su desempeño. Es un error pensar que se puede dormir bien los fines de semana. Ahorrar sueño toda la semana y luego dormir te hará sentir aún peor.
Otro problema común es la imposibilidad de conciliar el sueño tan pronto como se acuesta. Los orígenes de este problema son diferentes. El punto principal es una predisposición genética inherente a nosotros por la naturaleza misma. Inicialmente (antes de la llegada de Internet, trabajo remoto en casa, pánico previo a la sesión), una persona tenía que irse a la cama al atardecer y levantarse al amanecer. ¿Es posible adherirse a tal régimen en el ritmo de vida moderno? Es muy difícil, casi imposible. Pero hay otros consejos para ayudar a normalizar su sueño.
Es necesario introducir como regla los deportes diarios (al menos hacer ejercicio antes de acostarse), porque muy a menudo el cuerpo simplemente no está cansado cuando estamos a punto de acostarnos. Una nutrición inadecuada también interfiere con un sueño saludable. Es imposible comer antes de acostarse no solo por miedo a perder la figura, sino principalmente porque si el cuerpo se ve obligado a digerir los alimentos durante la noche, no tendrá la oportunidad de recuperar por completo sus fuerzas.
Intente, si es posible, acostumbrarse al régimen, de modo que con el inicio de un cierto tiempo, el cuerpo ya esté sintonizado con el hecho de que es hora de irse a dormir. Un vaso de leche tibia antes de acostarse tiene un efecto relajante positivo.
Recuerda ventilar la habitación. Durante los meses más cálidos, es preferible mantener la ventana abierta toda la noche. Elija el colchón y la almohada adecuados porque el cuerpo necesita descansar cómodamente. Y trata de no sobrecargar tu cerebro a medida que se acerca la noche. Excluya los juegos de computadora, navegar por Internet, películas que afecten la psique. Es mejor leer una docena o dos páginas de un buen libro e irse a la cama con una actitud positiva.