Si nunca te has sonrojado con o sin razón, tus manos no temblaron al encontrar un obstáculo inesperado en la vida, eres un afortunado. Pero muchas personas son tímidas y tímidas por naturaleza, y esto a menudo les impide comunicarse y construir plenamente su vida personal. No existen recetas universales sobre cómo superar la vergüenza, pero puede intentar aprender a controlarse para que en el momento equivocado no se enrojezca y no dé a conocer su vergüenza al estrechar la mano.
Instrucciones
Paso 1
Parece que una persona tiene una apariencia agradable, es liviana y relajada en la comunicación, pero de repente una palabra hablada inadvertidamente evoca en él algunas emociones que solo él conoce, y un rubor brillante inunda sus mejillas. Puede encontrarse en una situación similar en la que sea difícil controlar la expresión de vergüenza. Cualquier tema que no te deje indiferente, ya sean conversaciones sobre relaciones íntimas o una respuesta en el pizarrón, te da vergüenza. Y ahora los que te rodean se están burlando de ti, y comienzas a desarrollar complejos y a desarrollar un miedo a la comunicación. ¿Cómo afrontar la manifestación de la fobia social? Para hacer esto, vale la pena darse cuenta de su problema y luchar persistentemente contra sus complejos.
Paso 2
Primero, trate de examinar las sensaciones que se le presenten antes de la oleada de vergüenza. Una ligera sensación de hormigueo en la zona de las mejillas y la hidratación de los ojos indican que está empezando a ruborizarse. Entiendes que ahora una ola de vergüenza inundará tu rostro, y esto te avergüenza aún más. Para salir del círculo vicioso de tales sensaciones, aprenda a superarlas. Por ejemplo, diga en voz alta el motivo de la vergüenza, elabore algunas frases de "deber" que sean apropiadas para cualquier situación para explicar su comportamiento. Trate de asegurarse de que su rubor se ve muy conmovedor y evoca solo emociones positivas en quienes lo rodean.
Paso 3
Ámate a ti mismo, especialmente la manifestación de tu carácter. Y nunca te disculpes por tu sonrojo, más bien prepara unas bromas dirigidas a quien, con una palabra descuidada o deliberadamente, conociendo tu peculiaridad, te provoca una oleada de vergüenza. Con el tiempo, se te reconocerá como una persona ingeniosa, propensa a la ironía. Sin duda, tu autoestima aumentará. Lo principal que debe recordar es que su vergüenza no tiene nada que ver con nada malo. Esta es solo una característica fisiológica y mental de su cuerpo.