Miedo al error, fracaso, condena desde el exterior, falta de voluntad para actuar activamente, tomar decisiones y "desenredar" las consecuencias: puede haber muchas razones para el escape infantil de la responsabilidad. Pero es la responsabilidad la que distingue a un adulto que camina por la vida con confianza y libertad, de un colchón pusilánime que prefiere sufrir, hacinado, quejarse de la vida, pero navegar en el barco ajeno.
Instrucciones
Paso 1
Piense en usted mismo como un niño. Tenías tanta energía creativa, entusiasmo, querías probar todo, y la idea de crecer y ganar independencia te parecía muy atractiva. Ahora que has crecido, por fin se abren todas las posibilidades ante ti, pero ya estás "enterrado" en tus dudas y miedos y no te decides por nada. ¡Pero todo lo que necesitas es tomar una decisión una vez y empezar a actuar!
Paso 2
Cualquier elección implica su responsabilidad. Por supuesto, no es tan bueno a la hora de elegir entre arroz o pasta para cenar, pero si no puedes decidir por tu cuenta incluso con esto, ¿cómo vas a gestionar tu vida, tu tiempo, tu salud? ¿Puedes ser responsable de otras personas?
Paso 3
Al no querer asumir ninguna responsabilidad, muy a menudo las personas comienzan a echar la culpa de todo lo que sucede en sus vidas a otras personas y, en general, a las circunstancias externas: mal gobierno, padres mal educados, el clima no es favorable… Puedes culpar sin cesar al medio ambiente por tus problemas: ellos dicen: "Yo no soy yo, y el caballo no es mío". Pero entonces no se sorprenda de que este "caballo", o mejor dicho, su vida, esté siendo controlada por otra persona.
Paso 4
A menudo, detrás de la negativa a asumir la responsabilidad está el perfeccionismo, un deseo desmotivado de ser perfecto en todo. Las raíces de este fenómeno se encuentran en la infancia: si los padres del niño elogiaron poco, notaron poco de sus éxitos y logros, pero al mismo tiempo exigieron mucho y lo regañaron por el menor descuido, puede formarse la convicción de que es imposible amarlo, tan imperfecto, mucho menos amar, pero en general aceptar. Y, como saben, el que no hace nada no se equivoca. Por eso, por temor a equivocarse, esa persona evita la responsabilidad y la actividad. Pero esta es una opción sin salida, porque la perfección es inalcanzable y los ideales inventados existen solo en la cabeza, y no en la realidad. Es mejor cometer errores de vez en cuando, aprender de tus errores, que no hacer nada y ni siquiera intentarlo. ¿Y si funciona? Vuélvete un poco más autoindulgente.
Paso 5
Reconsidere su perspectiva de la vida. Es un error pensar que mantiene su libertad evitando la responsabilidad. Si usted no es responsable de sus acciones, sueños, problemas, dificultades y éxitos, entonces lo hace otra persona, de quien depende completamente.
Paso 6
Supere sus dudas y miedos. Haz algo que te asuste todos los días y, gradualmente, comenzando con las cosas pequeñas, entrénate para tomar decisiones informadas en cada paso, sin dejar que nadie más tome decisiones por ti. Ser responsable significa atreverse a imponerse y aceptar las consecuencias de cualquiera de sus elecciones, acciones o palabras.