Hay siete gestos para establecer una mentira. Para darte cuenta no es necesario ser un gran psicólogo o un experto en fisonomía. Basta con observar atentamente al interlocutor. Rascarse la nariz, el cuello, cubrirse la boca y algunos otros le revelará la verdad.
Los adultos dicen la verdad con menos frecuencia que los niños. No siempre estamos hablando de mentiras muy reales; a veces hay que subestimar o decir solo una parte de la información veraz. Determinar qué tan sincero es el interlocutor frente a ti es bastante simple. Un simple mensaje no verbal revela una mentira. En psicología, se presta mucha atención a su estudio.
Cubriendo la boca
Cuando una persona dice una mentira, su cerebro intenta subconscientemente reprimir la mentira. Puede usar varios dedos o un puño completo para este propósito. El significado del gesto no cambiará. La tos simulada tiene un significado similar. Si la otra persona se tapa la boca durante su discurso, lo más probable es que no confíe en usted.
Tocar la punta de la nariz
Este gesto no siempre es fácil de detectar. El movimiento ocurre como por casualidad, con facilidad, casi imperceptiblemente. A veces, la persona se frota el espacio entre la nariz y el labio superior.
Los científicos han descubierto que cuando una persona miente, se producen las sustancias catecolaminas. Actúan sobre la mucosa nasal. Se descubrió que mentir deliberadamente al mismo tiempo conduce a un aumento de la presión. Por tanto, además de la fisonomía, se puede notar el enrojecimiento de la piel del rostro. La presión actúa sobre las terminaciones nerviosas ubicadas en la nariz, lo que lleva a la necesidad de rascarse.
Frotarse los ojos
Si el niño no quiere mirar algo, cierra los ojos con las palmas. En los adultos, este comportamiento se modifica ligeramente: se produce frotamiento de los ojos. Con esto, el cerebro intenta bloquear algo desagradable. Por ejemplo, engaño, duda, una visión desagradable. En los hombres, este es un gesto más pronunciado. Puede percibirse como una solución de maquillaje en las mujeres. La mayoría de las veces, con una mentira significativa, puede ver la tríada:
- apretar los dientes;
- sonrisa falsa;
- frotarse los ojos.
Frotando tu lóbulo de la oreja
Este gesto parece decir: "No escucho nada y no quiero escucharlo". Suele combinarse con una mirada de reojo. La cantidad de gestos es bastante grande. Es posible que se frote el lóbulo, se rasque el cuello detrás de la oreja, se pellizque o se tuerza en un tubo.
Si el interlocutor comienza a frotar el lóbulo de la oreja durante una conversación, intenta decir que ya ha escuchado lo suficiente y quiere decir alguna respuesta.
Rascarte el cuello
El proceso se realiza con el dedo índice de la mano que adelanta. A lo largo del día, una persona se rasca el cuello al menos 5 veces. Esto no siempre significa una mentira, a veces un gesto indica dudas internas.
Tirando del cuello
Uno tiene la impresión de que la persona se vuelve tapada y le cuesta respirar. Esto también sucede debido al aumento de la presión y al aumento de la sudoración. Especialmente cuando el mentiroso tiene miedo de ser atrapado en una mentira. A veces un gesto indica que el interlocutor está de mal humor, enfado. En este caso, el cuello se tira hacia atrás para que se enfríe un poco.
Dedo en la boca
Tal gesto indica el deseo de una persona de regresar a un estado de seguridad. Un adulto puede hacer esto a través de un chicle, un grillete de anteojos, un bolígrafo o un tubo. La mayor parte del contacto físico está asociado con el engaño, pero a veces es una pista para el interlocutor de que necesita obtener aprobación. A menudo, este gesto se encuentra en personas que mienten para no molestar a su pareja.
En conclusión, señalamos: cualquier gesto debe interpretarse teniendo en cuenta la situación y las circunstancias externas. Por ejemplo, una persona puede rascarse la nariz debido a una secreción nasal banal y los ojos, debido a una mota. La psicología moderna de los gestos ha avanzado mucho. Habiendo estudiado otras interpretaciones y gestos, uno puede comprender los objetivos con los que una persona habla una mentira. Observe a diferentes personas durante el día en casa, en el trabajo, en la calle. Esto le ayudará a desarrollar rápidamente la habilidad de reconocer mentiras.