Incluso el insecto de aspecto más desagradable no causa pánico en una persona normal. Pero para las personas que padecen insectofobia, el mero recuerdo de una picadura de mosquito o abeja puede desequilibrar. Cualquier insecto les parece un enemigo que puede causar un daño irreparable a toda la humanidad.
¿Por qué el hombre le teme a los insectos?
Insectofobia y entomofobia son nombres diferentes para el mismo problema de miedo a los insectos. Y si para una persona específica simplemente no existe, entonces esto no significa su ausencia para otra, asustada en la infancia por un enorme abejorro o una terrible araña.
Las raíces de la aparición de diversas fobias deben buscarse precisamente en la infancia, cuando en los momentos de conocer el mundo, algunos de los habitantes del globo parecen atractivos para el niño, y otros dan miedo. Los cuentos de hadas y las películas en las que los insectos eran personajes negativos pueden tener un impacto en la psique del frágil niño.
Los juegos de ordenador y las películas de terror son especialmente peligrosos a este respecto. Si se puede analizar un cuento de hadas que lees y se puede aprender una lección útil de él, entonces con las llamadas películas de terror, la situación es mucho peor.
Al ver con sus propios ojos en la pantalla insectos gigantes, atacando deliberadamente a las personas y destruyendo todo a su paso, un niño con una psique débil comienza a sentir miedo. En ausencia de sus padres, se vuelve especialmente vulnerable, e incluso en una mosca ordinaria que voló accidentalmente al apartamento, ve a un enemigo potencial.
¿Cuándo se difumina la línea entre el miedo común y la fobia real?
Las personas que padecen insectofobia explican su enfermedad por un ataque total de la mente por el miedo. E incluso si el insecto ya ha pasado volando durante mucho tiempo, y la persona aún continúa en suspenso, esperando las terribles consecuencias de la visita del invitado alado.
La insectofobia es tratada por un psicoterapeuta. Y comienza con una recomendación para comprar una enciclopedia ilustrada de insectos.
El miedo a los insectos a menudo se puede observar en las mujeres que, al ver una avispa, comienzan a agitar los brazos e intentan ahuyentarla. Y si tal comportamiento puede considerarse normal, dado el peligro de picaduras de este insecto, en una persona que sufre de insectofobia, se vuelve inadecuado.
La terapia de confrontación implica el contacto del paciente con un insecto en presencia de un especialista. Después de un conocimiento visual del objeto del miedo, el trabajo en uno mismo será más fructífero.
Además del habitual movimiento de sus manos, comienza a gritar, llorar, desempolvarse la ropa, tratando de deshacerse de un enemigo inexistente. Todos los argumentos a favor de los insectos son en vano.
La situación en la naturaleza se agrava especialmente cuando una persona que sufre de insectofobia comienza a ver una amenaza en cada mosquito. El picnic se estropea irremediablemente tanto para el paciente como para quienes lo rodean. Al no encontrar la comprensión y el apoyo mutuos de sus seres queridos, una persona se encierra en sí misma.