El concepto de "hipnosis" es familiar para casi todas las personas. El psicólogo estadounidense Milton Erickson hizo una gran contribución al desarrollo de esta ciencia. Hoy en día, la hipnosis ericksoniana se utiliza activamente en psiquiatría.
El surgimiento de la hipnosis en psicoterapia
La necesidad de Milton de desarrollar la hipnosis no fue accidental. Estaba gravemente enfermo de polio y Erickson comenzó a utilizar la autohipnosis para calmar el dolor. Posteriormente, desarrolló sus técnicas y las aplicó en la práctica. Su hipnosis se considera la más popular y eficaz. Además, su hipnosis se considera la más humana del mundo, ya que deja a la persona con una opción.
El papel de la hipnosis ericksoniana en la psicoterapia contemporánea
La psiquiatría moderna utiliza constantemente la hipnosis como medicina para sus pacientes. A veces es simplemente imperativo librar a una persona del miedo o de los malos hábitos. Después de todo, todo esto se instala en el subconsciente de una persona y la persona misma puede deshacerse de él, confiando en su fuerza de voluntad desarrollada, o un hipnotizador que hará que la persona obedezca. En el primer caso, esto es una victoria, y en el segundo, una dependencia es reemplazada por otra. Por ejemplo, si una persona adquiere otro mal hábito, deberá volver a recurrir al hipnotizador y, si lo hace él mismo, podrá manejar su vida por su cuenta en el futuro.
Sin embargo, hay situaciones en las que la hipnosis ayuda a los pacientes. La hipnosis es eficaz para una variedad de problemas mentales y psicosomáticos:
- varios trastornos alimentarios (anorexia u obesidad)
- síndrome postraumático (pérdida de seres queridos, una catástrofe pasada, dolor, las consecuencias de la violencia y cualquier estrés postraumático)
- problemas sexuales o familiares
- enfermedades psicosomáticas (eliminación de enfermedades físicas que se formaron a través de miedos o tensiones experimentados)
- malos hábitos y cualquier otra adicción fuerte
- fobias
Cómo funciona la hipnosis ericksoniana en psicoterapia
Una persona se sumerge en un estado especial: un trance. El psicoterapeuta tiene acceso a los recursos internos de una persona: emociones, recuerdos, victorias personales. Se cree que los problemas no son lo que rodea a una persona, sino cómo se relaciona con los demás. Es por eso que el hipnotizador recurre al departamento de memoria e intensifica las emociones de alegría.