La fobia es un sentimiento hipertrofiado de miedo causado por un peligro imaginado. Una sensación razonable de miedo es útil, ayuda a movilizar fuerzas frente a una amenaza real. Las fobias pueden convertir la vida en una pesadilla. Una persona que sufre de este trastorno mental no puede vivir una vida plena, ya que se ve obligada a esconderse del peligro ficticio todo el tiempo. Alguien le teme a un espacio cerrado, alguien le teme a hablar en público, alguien le teme a las arañas. También existe un tipo de fobia: la afofobia, en la que una persona teme la ausencia de fobias.
Instrucciones
Paso 1
Trate de cambiar los pensamientos negativos por positivos cuando se enfrente a una fuente de miedo. Por ejemplo, con la cinofobia (miedo a los perros), no es necesario imaginar al animal como una fuente de peligro y pensar que el perro podría morder. Concentre sus pensamientos en el hecho de que el animal está sentado en una cadena y no puede romperse.
Paso 2
Lucha contra tu miedo acercándote gradualmente a él. Esto no significa que en caso de aracnofobia (miedo a las arañas), el primer día debas empezar a hurgar en la telaraña con una gran araña en el centro. Al principio, en presencia de un ser querido, considere imágenes con arácnidos. Cuando esto ya no sea aterrador, intente mirar a la araña muerta desde lejos. Acorta la distancia gradualmente. Con el tiempo, aprenderá a acercarse a una araña viva e incluso podrá tocarla. Recuerda que el tratamiento con este método lleva mucho tiempo, pero con la práctica diaria, después de unos meses, superarás tu fobia.
Paso 3
Trate de distraerse cuando se enfrente a la fuente del miedo. Cante, lea, hable: haga cualquier cosa que le ayude a cambiar sus pensamientos y no pensar que hay un objeto o fenómeno que le asusta en algún lugar cercano.
Paso 4
Muévete al ver la fuente del miedo. El ejercicio ayuda a quemar el exceso de adrenalina que se produce durante la ansiedad. Si no puede caminar o correr, apriete y relaje los músculos.
Paso 5
Habla con tu médico sobre la prescripción de medicamentos psicotrópicos. En la mitad de los casos, los antidepresivos ayudan a hacer frente a las fobias. Los tranquilizantes en combinación con psicoterapia dan casi un cien por ciento de resultados.