Para muchas personas, la incapacidad de decir no hace la vida mucho más difícil. La confiabilidad la utilizan a menudo personas que están acostumbradas a trabajar no con sus propias manos. Casi siempre, una persona libre de problemas comprende que simplemente está siendo utilizada, pero no encuentra la fuerza y la confianza para negarse.
Hay varias formas fáciles de aprender para fallar:
• Dese la oportunidad de comprender la situación. Antes de aceptar impulsivamente con alegría, es necesario hacer una pausa y analizar si realmente hay tiempo libre para cumplir con la solicitud y si no contradice sus deseos, principios e intereses. Y solo después de sopesar todos los pros y los contras, vale la pena responder.
• Contraataque. Necesariamente hay personalidades, para nada avergonzadas, que abusan de la fiabilidad. Al tratar con tales individuos, en el próximo intento de imponer el cumplimiento de ciertas solicitudes, vale la pena comenzar a introducir el principio de desguace. Una vez que esté claro que las solicitudes están a punto de comenzar, no dejes que suceda. Puede comenzar a decirle al interrogador sobre su insatisfacción con la vida, el trabajo, el clima, alguna situación. Puede empezar a llorar por la catastrófica falta de tiempo, mala salud, falta de dinero. En resumen, debe bombardear al interlocutor con quejas sobre todo tipo de problemas de la vida. Solo unas pocas repeticiones de tales ataques y es poco probable que el manipulador intente pronto hacer que las cosas funcionen nuevamente.
• Desarrollo de un egoísmo saludable. ¿Qué puede suceder realmente si se niega a ayudar? Después de todo, la tierra no se detendrá y el sol no se apagará. A menudo, el rechazo puede provocar resentimiento, opiniones negativas y falta de respeto. Pero en tal situación, vale la pena pensar seriamente si es necesario tener una persona en el entorno que evalúe a las personas no por sus cualidades personales, sino solo por su conveniencia al usarlas como sirvientes. Es importante aprender a actuar en base a sus principios y prioridades.
Vale la pena recordar que una persona que renuncia a todos sus asuntos y, en detrimento de sus intereses, cumple con las solicitudes de alguien, no es apreciada en absoluto. Para esas personas, esta es solo una persona conveniente. Es imperativo que aprenda a defender sus intereses y a decir no de manera competente para no ofenderse en primer lugar.