Privilege se considera enemigo jurado de la ley. Esta opinión se atribuye al famoso escritor austríaco del siglo XIX M. Ebner-Eschenbach. Por razones desconocidas, esta afirmación es percibida por muchos como un aforismo, que de hecho no ha sido probado y no ha sido completamente estudiado.
La ley presupone reglas y normas de comportamiento establecidas generalmente vinculantes que son necesarias para el funcionamiento óptimo de una sociedad civilizada y son vinculantes. Este concepto es bastante complejo, ambiguo y tiene varios significados. Por un lado, el derecho civil implica algún beneficio para la sociedad en su conjunto, pero en algunos casos puede limitar los derechos de cualquier individuo. El cumplimiento de estas reglas está bajo el estricto liderazgo del estado.
A su vez, el privilegio tiene una designación ligeramente diferente. El privilegio se refiere a un derecho de propiedad de individuos, clases o grupos. En otras palabras, este es un derecho que no está disponible para todos.
El significado de estos dos conceptos dice mucho. De hecho, tanto el derecho como el privilegio significan libertad de acción. Las diferencias entre ellos radican únicamente en el hecho de que el derecho obliga a actuar y el privilegio implica ciertas ventajas, por lo que se pueden vulnerar los derechos de otras personas. Por eso el privilegio se llama enemigo de la ley.