El miedo al público y a hablar en público es bastante común. En la mayoría de los casos, se asocia con una expectativa injustificada de condena o consecuencias desagradables para uno mismo. Superar este miedo es bastante difícil, para ello necesitas trabajar en ti mismo.
La fuente del miedo
En primer lugar, debe comprender cuál es la fuente de su miedo. Puede prepararse perfectamente para la actuación, saber qué y cómo lo contará, pero el miedo a esto no desaparecerá en ningún lado. Tienes miedo a la incertidumbre. Este es el miedo a parecer ridículo, ser juzgado, ridiculizado, gravemente equivocado, etc. Hay que recordar que el espectador solo te está mirando y escuchando, no tiene intención de agredir ni condenar. Al darse cuenta de esto, resolverá la mayor parte del problema.
Prepárese para actuar frente a una audiencia
Para evitar entrar en una situación en la que tropiece y comience a sentir la presión de la audiencia, prepárese para su actuación con anticipación. Haz un plan detallado que contendrá todos los detalles de tu presentación. Puede componer un mini-aspecto, apoyándolo con los diagramas e imágenes necesarios.
Puede probar el plan terminado en la práctica ensayando su presentación, por ejemplo, de pie frente a un espejo o hablando frente a un pequeño grupo de personas. También puede grabar su desempeño en una cámara de video y luego revisarlo para buscar posibles errores.
Relájate antes de actuar
Esperar una próxima actuación en público puede afectar su bienestar, puede sentirse inseguro y algo de tensión en su cuerpo. Para deshacerse de esto, intente realizar algunas respiraciones lentas y profundas, o contenga la respiración durante unos segundos. También puedes imaginar tratamientos relajantes. Por ejemplo, túmbate en el suelo e imagina que estás nadando o cayendo a un barranco. Tu tarea es sentir cómo tu cuerpo se relaja.
Hablar en público
Cuando salga a la audiencia, lo primero que debe hacer es reconocer que la audiencia no puede saber cómo se siente en ese momento. Si está preocupado o nervioso, el espectador no lo sabe. Tampoco asuma que el público se dará cuenta de que tiene esos sentimientos. Estos pensamientos te pondrán realmente nervioso.
Si quieres parecer seguro para que el espectador no lo dude, párate derecho y endereza los hombros, habla con calma y sonríe si es posible. Recuerda que en la gran mayoría de los casos, el espectador no notará tu emoción, a menos que tú mismo la expreses directamente.
No pienses en los espectadores
Al pararse frente a una audiencia, inevitablemente llamará la atención de la audiencia. Recuerde, no importa lo que piensen durante su presentación. No trates de analizar e intentar comprender sus pensamientos, de lo contrario, percibirás cualquier expresión facial en su rostro. Si cree que realmente está diciendo algo incorrecto o que cometió un error, corrija y continúe con su discurso.