Cuando estamos inactivos, no nos pasa nada bueno y tampoco ocurre ningún desarrollo. Puede lograr algo más a través de prueba y error, simplemente haciendo.
Siempre nos preguntamos cómo ser más inteligentes, más fuertes, más bellos, más exitosos, más ricos, etc. Pero al mismo tiempo, a veces no hacemos nada por esto. Después de eso, comenzamos a odiar silenciosamente nuestra vida y a culpar a todos por todo, pero no a nosotros mismos. Entonces comenzamos a creer que las personas que nos rodean necesitan demasiado de nosotros. Que son demasiado exigentes con nosotros. ¿Qué pasa si son capaces de percibirnos como somos, incluso sin ninguna de nuestras acciones en su dirección y por el bien común? O tal vez debería haber pensado que sus expectativas estaban plenamente justificadas. Que ya nos perciben como personas y realmente esperan algo más de nosotros, de lo que somos realmente capaces si nos desarrollamos constantemente, y no nos quedamos quietos. Este pensamiento puede servir como una buena motivación.
Necesitas darte cuenta de ti mismo a plena capacidad. Pero tememos que los resultados de nuestros esfuerzos no se adapten a los que los rodean, que todavía estén descontentos, nos sometan a críticas. A menudo renunciamos a lo que comenzamos a la mitad, sin darnos cuenta de que el proceso en sí es el resultado por el que todos comenzamos. E incluso si no es perfecto, pero está plenamente justificado por la fuerza y la energía gastadas. Después de eso, comenzaremos a respetarnos más a nosotros mismos. Nuestro trabajo tiene derecho a criticar a cualquiera, pero no nos hace peores, solo mejores. Hay un lugar para crecer y mejorar. Lo principal es actuar, creer en ti mismo y planificar el resultado.