A simple vista puede descubrir el estado emocional de una persona, el estado de ánimo, los pensamientos. Si sigue de cerca la dirección de la mirada, el tamaño de las pupilas, es posible saber de antemano hacia dónde se dirigirá el vector de la conversación.
Un interlocutor atento podrá determinar su estado de ánimo por los ojos de un compañero, incluso leer sus pensamientos. Pero para esto, no solo debes ser observador, sino también mostrar empatía.
Tamaño de la pupila
Cuando hay una conversación en curso, los interlocutores se miran y se miran. Si el interlocutor evita mirar a los ojos con frecuencia, o no está interesado en continuar con el tema, o está ocultando algo.
A menudo se usa una mirada de reojo para transmitir interés. En la mayoría de los casos, se acompaña de un ligero estrabismo y una ceja levantada. Pero si hay ira en los ojos, esto es un signo de hostilidad o sospecha.
Es bueno que la conversación se lleve a cabo a la luz del día. Entonces puedes observar a las pupilas. Transmiten completamente el estado de ánimo de una persona. Si el interlocutor está de buen humor, las pupilas se dilatan cuatro veces. Con una disminución del estado de ánimo, se reducen a "perlas".
Ubicación de la pupila
Al decidir cuestiones importantes con el interlocutor, ni siquiera puede mirarlo a los ojos, sino simplemente tratar de observar la ubicación de las pupilas. Esto ayudará a determinar en qué plano se encuentra la conciencia en un momento dado. En otras palabras, para determinar si se está diciendo la verdad, se está inventando otra mentira o la persona simplemente se retiró temporalmente de la conversación.
Si durante la comunicación el interlocutor dice algo, bajando la mirada y volviéndola hacia la derecha, su conciencia permanece en el pasado, sacando recuerdos de allí. Pero cuando la mirada se dirige hacia arriba y hacia la derecha, entonces hay un proceso de planificación, que presenta una imagen del futuro, análisis. Al mirar hacia el lado derecho, se analiza la situación en un momento dado en el tiempo, sin moverse hacia el pasado o el futuro. La persona está "aquí y ahora". Al decidir preguntas importantes, elegir una respuesta, una persona a menudo mira al lado derecho horizontalmente, como si se estuviera concentrando.
Si el interlocutor mira a la izquierda, está tratando de sintonizar emocionalmente. El lado izquierdo de una persona es responsable de las emociones. Es decir, cuando la mirada se dirige hacia abajo a la izquierda, la pareja puede recordar emociones, sumergirse en ellas. Pero mirar hacia arriba y hacia la izquierda sugiere que el interlocutor solo está pensando, sumergido en la "digestión" de las emociones.
Si hay una conversación franca, la mirada humana a menudo puede moverse. Por donde se mueve la mirada, uno puede determinar no solo el estado de ánimo, sino también el hilo del pensamiento.
En la época soviética, a los oficiales de inteligencia y a los oficiales de la KGB se les enseñó a mirar el puente de la nariz del interlocutor. Esto permitió crear la sensación de que se estaba llevando a cabo una conversación franca, mientras que en realidad, los pensamientos secretos permanecían cerrados al interlocutor. Esta técnica puede ser utilizada por cualquier persona si no quiere que sus pensamientos sean "leídos" en una conversación franca.