Cuando nos enfrentamos a la violencia y el dolor, muchos de nosotros experimentamos miedo. Esto es bastante natural. Se trata de nuestros instintos naturales de autoconservación, porque una persona es un animal, aunque sea racional. El dolor es la señal de peligro del cuerpo, una parte integral de la esencia de cualquiera de nosotros.
Instrucciones
Paso 1
Muchos psicólogos creen que es casi inútil lidiar con su miedo, incluido el miedo al dolor. Esto no es sorprendente: cuanto más piensa una persona en algo, tratando de controlarse, más lo absorbe. Vale la pena intentar analizar tu mundo interior para comprender a qué temes realmente y por qué. Puede que le aterrorice un tipo particular de dolor. Puede ser diferente: dolor físico, mental o tal vez tengas miedo de ver el dolor de familiares y amigos.
Paso 2
Trate de responder la pregunta, ¿con qué está relacionado su miedo al dolor? Esto le ayudará a descubrir el origen de su problema. No es necesario insistir en la absoluta supresión del miedo. Necesitas dar por sentadas tus emociones, como parte de tu mundo interior.
Paso 3
Digamos que decides cambiarte radicalmente a ti mismo, por la razón que sea, solo necesitas reducir tu miedo al dolor. Puede utilizar otras emociones más fuertes para lograr su objetivo. Responde la pregunta por ti mismo, ¿qué es más fuerte que el miedo al dolor? Quizás un sentido de responsabilidad, enojo o un deseo salvaje de lograr su objetivo lo ayuden.
En la antigüedad, los guerreros reprimían el miedo al dolor a través de un gran deseo de ganar. Orgullo, esforzarse por ser mejor, un intento de afirmarse a sí mismo … Cada persona, por supuesto, tiene su propia emoción máximamente fuerte que le permite aburrir a todos los demás. Aprovecha esta característica de tu psique.
Paso 4
Tal vez tengas miedo no solo de tu propio dolor, sino también del dolor de los demás. Esta es una ocurrencia bastante común que lo caracteriza como una naturaleza sensible y receptiva. La solución al problema pasa por una clara comprensión de que el dolor lo experimenta todo ser vivo, esto es inevitable. Debes reconsiderar tu actitud ante el dolor, empezar a darlo por sentado, como rasgo del ser, característico de todo lo que existe.
Paso 5
El dolor mental es más difícil de manejar que el físico. Si decide curar sus heridas y mirar hacia el futuro abiertamente, sin miedo, es mejor que recurra a un especialista o abra su corazón a un ser querido. La conversación directa es el primer paso para superar las barreras y los miedos mentales.