Según las estadísticas, un tercio de los adolescentes y una cuarta parte de los adultos piensan en el suicidio. Hay una serie de señales que indican que una persona está experimentando tendencias suicidas.
Deseo de estar solo. Sucede que una persona ama comunicarse, lleva un estilo de vida activo, practica el deporte y la creatividad. Digamos que es un destacado representante de los extrovertidos. Pero después de un tiempo cambia mucho. Se retrae en sí misma, no quiere ver amigos, no busca comunicarse con familiares. Quizás sucedió algo muy desagradable en su vida, y ahora quiere privacidad. Si nota esto con una persona conocida, hable con sus familiares para evitar grandes problemas.
Depresión prolongada. En este caso, una persona pasa casi todo el tiempo a solas consigo misma. No quiere comunicarse con la gente, no sale de la habitación, no contesta llamadas. Al mismo tiempo, una persona no está ocupada con asuntos importantes, simplemente se sienta quieto y mira en un punto, sus pensamientos están llenos de negatividad. La distracción constante reduce el rendimiento académico y la productividad en el trabajo.
Humor sobre la muerte. Una persona puede seguir llevando una vida activa, comunicarse con amigos, estudiar, trabajar. Sin embargo, su sentido del humor cambia drásticamente. Empieza a hablar y bromear mucho sobre la muerte. Si esto sucede una vez, está bien. Cuando una persona se comunica constantemente sobre estos temas, es hora de hacer sonar la alarma.
Apariencia. Si una niña siempre se ha cuidado, se ha vestido con esmero, se ha peinado y ahora se olvida de lavarse el pelo y lavarse los zapatos, es una señal de que está en una depresión prolongada, lo que puede provocar pensamientos suicidas.
Dependencias. Si una persona abusa del alcohol, fuma mucho, usa drogas, entonces no puede hacer frente a sus pensamientos y está tratando de escapar de la realidad y no resolver problemas serios.
Amabilidad después de la agresión. Cuando una persona rompe con sus seres queridos y otros, y después de un tiempo sorprende a todos con su generosidad y tranquilidad, uno no debe pensar que esta persona se ha calmado. Por el contrario, dar obsequios generosos y mostrar amabilidad después de un ataque de agresión puede verse como un gesto de despedida antes de suicidarse.
En este momento, no puede dejar a la persona sola, es mejor buscar la ayuda de un psicólogo.