La tensión constante es una compañera frecuente del hombre moderno. Evita que trabajes productivamente durante el día, evita que te duermas por la noche. Para afrontar el estrés y volver a la normalidad, pueden resultar útiles unas sencillas técnicas de relajación.
Instrucciones
Paso 1
Si durante algún tiempo no piensas en lo que te atormenta, no sucederá nada catastrófico. Deje a un lado los pensamientos preocupantes sin reprimirlos. Hacerlo hará espacio para la relajación, permitiendo que la emoción se desvanezca.
Paso 2
Incluso si no se siente bien, intente salir al aire libre. Concéntrate en el mundo que te rodea: ¿qué ves, qué sonidos escuchas, qué olores sientes? Concéntrese en los detalles individuales, solo observe.
Paso 3
En casa, en calidez y comodidad, tome una posición cómoda, cierre los ojos. Inhale lentamente, sintiendo como inhala el aire hacia abajo y hacia atrás. Imagina que tus músculos se ablandan y relajan como cera quemada.
Paso 4
Haga cosas simples en casa: manualidades, leer libros, jugar con los niños. Lo principal es renunciar a la tentación de entregarse a pensamientos oscuros que no te ayudan a mejorar tu situación.
Paso 5
Si siente que la tensión aumenta, pídale consejo a su médico sobre los sedantes naturales. También puedes dormir durante el día, pero no más de una hora, entonces te será más fácil conciliar el sueño por la noche.
Paso 6
La relajación debe convertirse en un hábito permanente. Libere la tensión a lo largo del día liberando los músculos de la cara y el cuello inhalando y exhalando lenta y profundamente. Asegúrese de moverse, no se quede inactivo, y si tiene un trabajo sedentario en la computadora, cambie su postura con más frecuencia y descanse la vista.
Paso 7
Trate de no preocuparse por las pequeñas cosas. Una palabra grosera, inclemencias del tiempo fuera de la ventana, un teléfono roto, no dejes que todo esto te perturbe. Dite a ti mismo que hay muchas alegrías en tu vida, y no dejarás que incidentes molestos arruinen tu estado de ánimo.
Paso 8
No intente combatir el estrés. Déjelos, pero dése una dirección clara de que podrá hacer frente a ellos y, por lo tanto, no tiene nada que temer. Aprenda a aguantar lo que no puede cambiar, entonces la vida brillará con nuevos colores y habrá cada vez menos motivos para el estrés.