En psicología, un conflicto se entiende como una situación en la raíz de la cual existe una contradicción. Las opiniones, metas, deseos e intereses de las partes pueden divergir. Hay cinco estrategias principales para resolver una situación de conflicto.
El camino que elija cada lado para resolver la contradicción depende de toda una serie de factores. Esto incluye características personales, grado de daño causado, disponibilidad de recursos, estado, gravedad del problema, evaluación de las consecuencias.
Estrategia de competencia
La estrategia de rivalidad se expresa en un intento por un lado del conflicto de imponer una solución que sea beneficiosa para el otro. Es apropiado recurrir a esta estrategia si la decisión es claramente constructiva. Además, si se refiere a un beneficio grupal, no a un individuo.
La rivalidad es a menudo utilizada por aquellos para quienes un resultado específico es muy importante. Estas personas están firmemente comprometidas con sus principios. La rivalidad también se puede utilizar en ausencia del tiempo necesario para implementar una estrategia más leal.
Compromiso y cooperación
Encontrar un compromiso consiste en un deseo mutuo de resolver el conflicto, entregándose mutuamente. Al mismo tiempo, los opositores abandonan parcialmente algunas de sus demandas, están dispuestos a perdonar y admitir las afirmaciones del lado opuesto. Un compromiso será efectivo si cada lado acepta el hecho de que el oponente es igual.
La cooperación es una de las mejores estrategias de resolución de conflictos. Al mismo tiempo, las partes discuten constructivamente la situación, considerándose como aliados. Ambas partes deben abandonar los prejuicios, ignorar las diferencias en el estatus social de cada uno.
Acomodación y evitación
La estrategia de adaptación es una negativa voluntaria o forzada a luchar. La parte que cede puede admitir sus errores o la frivolidad del problema. Ella puede depender de la parte contraria, necesitar una buena relación con ella.
En ocasiones, se recurre a la concesión bajo la presión de un tercero. También hay situaciones de conflicto que causan daños importantes a ambas partes. En este caso, una de las partes puede rendirse para no perderlo todo.
La estrategia de evitación se expresa en evitar la solución del problema, cuando una de las partes intenta salir de la situación de conflicto con las menores pérdidas. Es muy común evitar conflictos luego de una serie de fallas en la aplicación de otras estrategias. Se inicia así la extinción del conflicto.
Uno de los oponentes puede cansarse del conflicto, perder el deseo de resolver la situación. Es posible que se le acabe el tiempo para esto y trata de ganar tiempo evitándolo. A veces se usa la evasión cuando es necesario lidiar con la propia estrategia de comportamiento.