El deseo de morir puede aparecer en una persona que está cansada de la vida. No es un hecho que después de eso intente suicidarse, pero en algunos momentos se permite pensar seriamente en su propia salida voluntaria de la vida. Puede haber varias razones para esto.
Circunstancias de la vida
Una persona que ha experimentado muchos momentos desagradables a veces puede tener pensamientos de muerte como una liberación del tormento. Las razones de esto pueden ser personales. El amor infeliz y no correspondido, una carrera incómoda, un gran conflicto con un equipo, una pelea con un ser querido, un sentimiento de inutilidad, un sentimiento de soledad pueden inspirar pensamientos de muerte.
A veces, un individuo se encuentra en una situación de vida difícil, de la que no ve otra salida que la muerte. Una crisis financiera, un estancamiento, una vergüenza generalizada y una culpa pueden llevar a pensamientos suicidas.
El deseo de morir puede provenir de una vida demasiado buena. Sucede que una persona que está harta de los bienes materiales y los placeres físicos no puede encontrar un solo deseo en sí misma.
Estas personas a veces se desilusionan de la vida y piensan cada vez más en dejarla.
Ayudar
Si los pensamientos de muerte no te abandonan, debes actuar. Está claro que no debes ceder ante ellos, pero a veces es difícil ver algo bueno en la vida que pueda convencerte y evitar pensamientos suicidas.
Necesitas cambiar tu vida drásticamente. Si no te aferras a nada, no tienes nada que perder. Esto significa que puedes vivir como quieras, correr riesgos, intentar, cumplir tus deseos secretos. Recuerde, siempre hay una alternativa.
Lo principal es empezar a cambiar tu realidad, y tal vez una nueva vida te cautive.
Enfermedad
Los pensamientos obsesivos de suicidio pueden ser el resultado de algún tipo de enfermedad. Cuando una persona está gravemente enferma, inmovilizada durante mucho tiempo o sufre un dolor intenso y, al mismo tiempo, no tiene esperanzas de recuperarse, la muerte puede parecerle deseable. Habiendo fallecido, tal individuo quiere poner fin a su sufrimiento físico.
Además, las personas mentalmente enfermas pueden desarrollar pensamientos suicidas. La depresión, la manía, el delirio pueden hacer que una persona piense en la muerte. Las personas que han caído en una secta a veces son adoctrinadas con la idea de que deben suicidarse, lenta y gradualmente. Si no ayudas a estos desafortunados a tiempo, podrán llevar a cabo sus planes para complacer a los organizadores de la secta.
La pasión por las bebidas alcohólicas o las drogas también puede provocar pensamientos de muerte. El hecho es que el alcohol es un fuerte depresor que destruye la personalidad y el sistema nervioso de una persona. Por lo tanto, el alcoholismo reduce no solo la calidad de vida, sino también el nivel de optimismo. Las drogas pueden alterar la conciencia hasta tal punto que una persona no quiere vivir sin razón aparente.