Todas las personas son mortales. Tarde o temprano, todo el mundo tendrá que cruzar la línea que separa el ser del no ser. No es de extrañar que la gente todo el tiempo se pregunte y continúe haciéndose la pregunta: ¿qué destino les espera más allá de esa misma línea? Y el miedo a la muerte es inherente en un grado u otro a cualquier persona, incluso a las más valientes. Es solo que alguien sabe amortiguarlo, por sus peculiaridades de carácter o creencias religiosas, mientras que en alguien toma la forma de un pánico real, una obsesión.
Instrucciones
Paso 1
En primer lugar, averigüe por qué este miedo existe y persiste tan obstinadamente. Porque todavía no hay un entendimiento claro: "¿Qué pasará después?" Es la incertidumbre, la incertidumbre que envuelve la muerte y todo lo relacionado con ella, un halo misterioso y ominoso que atemoriza a la gente. Se dice muy bien sobre esto en el famoso libro de D. Defoe sobre Robinson Crusoe: "Lo que sabemos nos atormenta menos con horror que con omisiones y especulaciones".
Paso 2
Ahora, habiendo recibido la respuesta a esta pregunta, pida ayuda al sentido común y la fría lógica. Piensa: si una persona, por temor a la incertidumbre, al misterio, se atormenta de miedo, imagina lo peor, ¿a quién se lo hace peor? ¡Sí a mí mismo! Esto no es vida, sino puro tormento.
Paso 3
Tranquilícese, aleje los pensamientos obsesivos. Sugiérete a ti mismo: "¡Todavía estoy vivo y disfruto de la vida, pero allí se verá!"
Paso 4
Las personas religiosas a menudo experimentan el miedo a la muerte porque creen en la inmortalidad del alma. Según sus opiniones, solo el cuerpo muere, una cáscara perecedera, y el alma sigue viviendo. ¿Y con qué argumentos pueden consolarse los ateos? Por ejemplo, tal: “Puede que no creamos en Dios, pero el Universo es tan complejo, hay una variedad tan infinita en él, que la idea de la eternidad de la vida es bastante aceptable. Después de todo, la eternidad puede existir en una variedad de formas, simplemente no lo sabemos hasta ahora”.
Paso 5
Se sabe desde hace mucho tiempo que la ociosidad es la madre de todos los vicios. Cuando una persona está realmente ocupada, simplemente no tiene el tiempo ni el deseo de deprimirse, entregarse a pensamientos pesados. Por supuesto, esto no debe tomarse demasiado literalmente; dicen, tienes que trabajar hasta que estés completamente exhausto, entonces no habrá miedo a la muerte. Pero una persona que vive plenamente, se dedica a un trabajo necesario y útil, tiene pasatiempos y pasatiempos interesantes y disfruta sinceramente de la vida. Y los pensamientos sobre la muerte lo visitan muy raramente.