La pereza es una verdadera enfermedad de nuestro tiempo. ¿Pero siempre deberías luchar contra él? Puede haber muchas razones para no querer trabajar, estudiar, hacer las tareas del hogar y jugar.
Exceso de trabajo y estrés
Muy a menudo las personas que no saben descansar se quejan de la pereza. Cuando se les pide que analicen su día, esas personas se sorprenden al descubrir que, en medio de negocios y preocupaciones, se olvidan de reservar un tiempo para descansar. Toman la necesidad de descanso del cuerpo por pereza y, en lugar de permitirse relajarse, sufren sentimientos de culpa e inutilidad.
Para evitar la fatiga, definitivamente debes acostumbrarte al hecho de que cualquier trabajo requiere un descanso. Por supuesto, existe la opinión de que el mejor descanso es un cambio de actividad, pero esta regla no siempre funciona. Es mejor alternar el trabajo en la computadora no con lavar el piso, sino con ejercicios para la vista, un ligero calentamiento y una taza de té junto a la ventana. Y si las vacaciones suelen tener lugar en el campo, entonces deja que el trabajo en el jardín dé paso a paseos por el bosque y contemplación de hermosos paisajes.
Dilación
La procrastinación es otro problema común. ¿En qué se diferencia de la pereza? En términos simples, la pereza es la falta de voluntad para hacer algo. La procrastinación es el aplazamiento constante de un asunto importante bajo diversos pretextos. Un ejemplo es la conocida situación en la que el esposo no puede colgar el estante durante todo un año, porque no tiene tiempo para esto, y la esposa aún no llega al gimnasio debido a que no hay tiempo. La razón de este comportamiento no es la pereza en absoluto, sino el miedo a la crítica, la condena, el fracaso. La mayoría de las veces, esto sucede debido al hecho de que la persona carece de motivación y confianza en sí misma.
Para superar esta condición, es necesario analizar las tareas planteadas. Es mucho más fácil prepararse para una sesión cuando un alumno está personalmente interesado en la calidad de su conocimiento y no lo hace por miedo a los padres y profesores. Y al cumplir con los pedidos de otras personas, es mejor pensar en la alegría y la gratitud que experimentarán los seres queridos.
Cómo lidiar con la pereza
Cuando una tarea parece que consume mucha energía y es difícil de realizar, es difícil encontrar la fuerza para comenzar a realizarla. Será mucho más fácil dar el primer paso si divides una gran tarea en partes y tomas descansos al realizarlas. Por ejemplo, las pausas de 15 minutos al final de cada hora de trabajo pueden ayudar a mantener la eficiencia y el entusiasmo durante el resto del día.