Cualquiera que haya experimentado alguna vez un sentimiento de celos por un ser querido conoce el sabor especial de este estado emocional. Sucede que estar un poco celoso es útil: puede darle vida a la relación e incluso reavivar los sentimientos enfriados. Pero cómo sobrellevar si los celos te devoran, te trae negatividad y dolor.
Entenderte a ti mismo
Si siente que las inyecciones de celos lo persiguen, primero debe ocuparse de usted mismo y no de su ser querido. La mejor forma de salir es hablar con un psicólogo, pero usted mismo puede intentar comprender adecuadamente la situación.
Mire en su corazón y piense en lo que está en la raíz de sus sentimientos de celos: orgullo herido, miedo de que alguien más sea preferido a usted, un complejo de inferioridad, un mayor sentido de propiedad, dependencia emocional y material de una pareja, o tu propia culpa hacia un ser querido humano …
Habla con el objeto de los celos.
Al darse cuenta de qué hay exactamente detrás de sus celos, puede intentar, en un entorno tranquilo y de apoyo, hablar sinceramente con su ser querido sobre lo que le preocupa y lo que le preocupa en su comportamiento. Una conversación de confianza seguramente beneficiará a su relación. Incluso puede resultar que su ser querido solo estaba tratando de llamar su atención, lo que lo pone celoso y nervioso.
Si realmente eres amado y apreciado, ellos entenderán y tratarán de no dar motivos para los celos. Sea estricto consigo mismo y condescendiente con los demás, aprenda a mostrar resistencia y paciencia. Pero si posteriormente ves que tu elegido o tu elegido no cambia la línea de comportamiento en absoluto, entonces piensa: ¿hay algún punto en una relación que no sea valorado?
Respétate a ti mismo y a tu elegido
Aprenda a respetarse a sí mismo, a mantener la autoestima. Pero también respete la privacidad de su pareja. Comprenda que el hecho de que se acosará constantemente a sí mismo y a su ser querido con sospechas injustificadas no beneficiará a nadie. Pero el sentimiento de desconfianza y resentimiento puede arruinar la relación de forma permanente, si no permanente. Incluso la persona más amorosa y sabia eventualmente perderá la paciencia con los reproches inmerecidos.
Y recuerda lo que dice el viejo proverbio georgiano: "Los celos y la estupidez crecen en el mismo árbol". De hecho, si no hay razón para los celos, es estúpido estar celoso, pero si hay una razón, entonces es demasiado tarde.