Nadie es inmune a los errores, pero sucede que un pequeño error provoca toda una tormenta de indignación desde el exterior. Sucede que las afirmaciones son completamente infundadas, pero es casi imposible detener el flujo de acusaciones e insultos. ¿Qué hacer en tal situación? Para salir de la situación con dignidad, debe tomar el control de sus emociones.
Instrucciones
Paso 1
No interrumpas a tu oponente. Escuche en silencio todas sus afirmaciones, sin intentar insertar una palabra. Lo más probable es que el acusador espere una reacción violenta de usted: emociones, intentos de justificarse y defender su punto de vista. Sin embargo, no debes mantener un tono de comunicación determinado y pasar a tonos más altos. Escuche con calma todas las afirmaciones, incluso si son completamente infundadas.
Paso 2
Usa tu imaginación para mantenerte fresco. No es tan fácil soportar una lluvia de acusaciones, deja que tu propia imaginación te ayude. Existen muchos métodos populares para recuperar la confianza en uno mismo y defenderse del ataque mental de un oponente. Por ejemplo, imagine que hay una gruesa pared de vidrio entre ustedes: las palabras de su oponente golpean contra ella y vuelan hacia atrás. Intente detallar el obstáculo tanto como sea posible, piense en su color y textura.
Paso 3
También se pueden utilizar sujetos menos humanos. Por ejemplo, vierte un cubo imaginario de agua helada sobre la cabeza del enemigo o tira un bote de basura sobre él. En cualquier caso, cada uno de estos métodos permite la distracción y una percepción menos dolorosa de las acusaciones y agresiones.
Paso 4
Tomar la palabra. Esto solo debe hacerse cuando el interlocutor haya terminado su diatriba. En ningún caso no pongas excusas comenzando tu discurso con las frases “No entendiste…”, “No fui yo…”, etc. Si realmente cometiste un error, no temas admitir abiertamente tu error. Pero, por supuesto, no debe culpar a los demás.
Paso 5
Evite responder a los insultos de la misma manera. Si su oponente no puede calmarse y pasar a una conversación constructiva, rehúse continuar la conversación en un tono similar y prometa hablar más tarde.
Paso 6
Sin embargo, esta táctica no siempre es asequible. Por ejemplo, en la oficina de un jefe que te está reprendiendo con demasiada dureza por cualquier error, tendrás que escuchar pacientemente un discurso enojado de principio a fin. En este caso, no pierdas la confianza en ti mismo y en tu propia justicia, defendiendo tu opinión de manera persistente pero cortés.