Dos cabezas no siempre son mejores que una. Hay momentos decisivos en la vida de una persona en los que debe tomar una decisión de forma independiente, sopesando todos los pros y los contras. Las personas cercanas, por supuesto, pueden participar en esto, pero no debe tomar sus consejos como una guía para la acción.
Elección independiente
Las dudas son inherentes a la persona que enfrenta decisiones difíciles. Para deshacerse de ellos, a menudo recurre a consejeros: amigos, parientes, seres queridos, etc. A veces esto da resultados positivos, y también sucede que personas cercanas que persiguen buenos objetivos pueden dañar inadvertidamente. Dos cabezas no siempre son mejores que una. Hay situaciones en las que una persona debe tomar una decisión de forma independiente, sopesar los pros y los contras, para que luego el resto de su vida no se arrepienta de sus acciones.
Al escuchar la opinión de personas cercanas, una persona no debe olvidarse de su núcleo interno. "Dos cabezas" es bueno, pero todas las decisiones fatídicas deben tomarse de forma independiente.
¿Dónde "dos cabezas" no son apropiadas?
Los consejos de los seres queridos son ciertamente útiles. Sin embargo, no se deben tomar como guía para la acción. Por ejemplo, al elegir un compañero de vida, un hombre no debe escuchar sagradamente la opinión de su madre, que busca apasionadamente nuevos defectos en ella. Un aspirante con una lista de universidades en sus manos debe abstraerse de las opiniones obsesivas de los familiares, escucharse a sí mismo y elegir lo que considere necesario. Hay muchos puntos de inflexión en la vida de una persona que requieren que se tomen decisiones importantes. Si dejas que sigan su curso o utilicen sistemáticamente los servicios de una cabeza "extraterrestre", al final del camino te quedarás con un sentimiento de insatisfacción con el potencial interior no revelado.
¿Deberías escuchar los consejos?
Un buen consejo práctico y amistoso es una gran ayuda en muchas tareas domésticas. Por ejemplo, es difícil para una persona resolver algún problema difícil en el trabajo, decidir hacer un recorrido para unas vacaciones de verano, comprar un traje nuevo y caro, un regalo para la segunda mitad del día de San Valentín, etc. En tales situaciones, las personas cercanas no solo pueden asesorar, sino también compartir su experiencia, revisar todas las opciones posibles. En este caso, podemos decir con seguridad que dos cabezas son mejores que una. Sin ese apoyo, una persona habría cometido muchos más errores, pisado el mismo rastrillo, porque, como saben, es mejor aprender de la experiencia de otra persona.
Actuando como asesor, lo principal es no arrastrar el palo a tu lado. La imposición excesiva de la propia opinión puede dañar a los seres queridos.
¿Debería actuar como asesor?
Los consejos deben darse con tacto y discreción. Lo principal es recordar que nadie está obligado a escucharlos. No debe olvidarse que los consejos no solo pueden ayudar, sino también perjudicar. Para no ser extremo, es mejor no participar demasiado activamente en las fatídicas decisiones de los seres queridos.