No todas las parejas tienen un matrimonio tranquilo. Triste pero cierto. Muchas parejas casadas en su camino encuentran muchos problemas, obstáculos, fracasos. Por supuesto, todo el mundo tiene problemas en la vida, pero no todo el mundo tiene la fuerza, la sabiduría y la paciencia suficientes para superarlos.
Todo esto ejerce una fuerte presión psicológica sobre los cónyuges, comienzan los malentendidos y malentendidos, parece que todo a su alrededor se desmorona y es imposible guardar nada, restaurar, volver al canal anterior.
La vida familiar se desmorona ante nuestros ojos. Cuando todo esto llega a su punto máximo, los cónyuges toman la única decisión correcta en su opinión: dispersarse y seguir cada uno su propio camino. Parece que de esta manera resolverán todos sus problemas y la paz tan esperada llegará en la vida de cada uno de ellos.
Pero en esta situación, puede haber un gran obstáculo: un niño.
A menudo, durante una pelea, los cónyuges ni siquiera se dan cuenta de cómo los niños sufren esto. Cada pelea entre los padres puede ser un verdadero estrés para el niño. Después de todo, un niño necesita un ambiente saludable en la casa, el amor de los padres, su mutuo amor y comprensión. Solo en una atmósfera así puede crecer un niño sano. Tanto desde el punto de vista físico como psicológico.
Sin embargo, si se toma una decisión final e irrevocable entre los cónyuges de dispersarse, el niño debe ser informado al respecto, y esto debe hacerse con mucha sensibilidad y delicadeza para salvarlo de tensiones y tensiones innecesarias. De hecho, en tal situación, los niños ya están demasiado tensos por el mal ambiente en la casa.
El primer paso es llegar a un acuerdo general sobre qué y cómo decirle al niño sobre los próximos cambios en la vida de la familia. Deben adoptar una posición unificada sobre este tema y seguirlo claramente. Los psicólogos sostienen que al niño se le debe explicar abiertamente la esencia de lo que está sucediendo y sus razones.
Un niño, por su carácter infantil, tiende a exagerar todo, fantasear y atribuir el divorcio de sus padres a su mal comportamiento. Esto crea mucho estrés para el niño, le parece que los padres se están divorciando por su culpa, que es malo, etc. Los cónyuges deben comprender y darse cuenta claramente de todo esto para proteger los sentimientos del niño de un trauma psicológico innecesario..
Por supuesto, en cualquier situación, se debe tener en cuenta la edad del niño, sus características individuales y explicar las razones del divorcio en un lenguaje accesible y claro para él.