La psique del niño es bastante flexible y está sujeta a influencias negativas del exterior. Los padres amorosos se esfuerzan por librar a sus hijos de cualquier problema y presión externa. El niño rápidamente comprende esto y comienza a hacer berrinches por cualquier motivo. ¿Cómo responder al comportamiento del bebé en tales casos?
Los principales signos de histeria en un niño
Es necesario distinguir entre diferentes tipos de comportamiento infantil. Por un lado, puede presenciar la manipulación típica, que se acompaña de llantos fuertes, gritos y lágrimas antinaturales. Por otro lado, es probable que su hijo realmente necesite apoyo y comprensión. Entre las principales señales de histeria, los psicólogos identifican las siguientes:
- regularidad;
- ira pronunciada;
- el deseo de lograr su objetivo por cualquier medio;
- seguimiento de la reacción de los padres;
- falta de voluntad para explicar las razones de este comportamiento;
- un cambio brusco de humor.
Calma y solo calma
Al ver que el niño comienza a hacer una rabieta, debe tener paciencia. Esto no depende de la edad, ya que el mecanismo de las rabietas es siempre casi el mismo. Déjele claro a su hijo que no reaccionará a los gritos y al llanto hasta que el bebé se calme. También es importante mostrar su comportamiento de que en caso de histeria, no se obtendrá un resultado positivo. La mejor opción es dejar al niño solo y esperar un rato. Como resultado, su hijo verá que no será posible lograr lo que quiere de esta manera en el futuro. Estos serán los primeros pasos para darse cuenta de que los padres no se permitirán ningún capricho.
Platica seria
Si el niño se ha calmado, intente hablar con él en serio. Trate de comprender las razones de este comportamiento y explíquele que ya no tolerará este comportamiento. La autoridad de los padres en este caso debe ser inquebrantable para el niño. Cualquier desviación hacia un lado puede conducir a nuevos berrinches con una intensidad emocional aún mayor. Ofrézcale a su hijo un escenario diferente. Por ejemplo, anoten juntos en una hoja de papel los resultados que pueden obtener sin llorar. La regularidad de este tipo de ritual ayudará al niño a comprender que la histeria no es la forma más eficaz de comunicarse con los padres.
