Una persona, independientemente de su educación, trabajo, estilo de vida y aspiraciones, en última instancia se esfuerza por lograr un único objetivo: la felicidad. Y cada vez hay algunos motivos que lo alejan de lograr este gran objetivo. No están ocultos en el mundo externo, sino directamente en la persona. Después de todo, es él mismo quien construye su propio sistema de reglas y restricciones, rodeándose de ellas, como un muro de piedra, que protege del mundo entero, incluida una vida feliz.
El sentimiento de felicidad en sí mismo no es fácil de definir. Si lo entiendes como una especie de arrebato emocional brillante, quedará claro que es imposible estar en la experiencia de esta emoción durante mucho tiempo: el estallido es para eso y el estallido que aparece y desaparece en un instante.
Sin embargo, la felicidad también puede entenderse como un sentimiento general de satisfacción con uno mismo, la vida, el mundo que nos rodea y el lugar que uno ocupa en él. Y aquí, como regla general, si lo miras, en la mayoría de los casos resulta que una persona construye barreras de forma independiente para sí misma que no le permiten sentirse feliz durante mucho tiempo.
Deliberadamente o sin saberlo, una persona se pone obstáculos a diario, se limita en varias cosas y se esconde con éxito de algunos aspectos de la vida. Pero si todas estas restricciones se disuelven en un buen momento, la vida brillará con un millón de nuevos tonos. Para acercar esta hora feliz, basta con decir adiós a algunas cosas de tu vida.
Ira, viejos rencores y celos
Estos tres sentimientos repugnantes destruyen a sus portadores desde adentro. El resentimiento, como el óxido, corroe el corazón y el alma. Los celos, como un sapo, sofocan todas las aspiraciones positivas. La gran ciencia es aprender a vencer la ira y aguantar a los que molestan con su mera presencia. Debemos aprender a lidiar con la ira, dejar ir el resentimiento, no sucumbir a los celos, en general, no concentrarnos en lo negativo. La vida será mucho más fácil si acepta la disculpa. No saborees la autocompasión condimentada con resentimiento como un postre delicioso. Todos estos sentimientos no dañan la fuente de la ofensa, pero destruyen por completo tanto la personalidad como la salud de la persona "ofendida".
La imagen de todo lo ideal: vida, figura, alma gemela
Nada es perfecto. La vida consiste en acciones y la energía que una persona pone en ella. En el caso de que no esté listo para trabajar en su construcción, no quiera trabajar constantemente en sí mismo y mejorarse a sí mismo, él mismo toma la decisión de ser infeliz. La fórmula es simple: la elección de una persona es su vida y viceversa. Una persona siempre puede crear de forma independiente su propio mundo personal, que será el más hermoso del mundo.
La figura ideal es un engaño inventado por anunciantes que trabajan para la industria de la belleza. El cuerpo humano es su propiedad inviolable, y solo él mismo tiene derecho a decidir exactamente cómo debe verse y cómo se verá. ¿De qué sirve sucumbir a los avisos publicitarios, escuchar las opiniones de amigos o familiares, si lo único que importa es cómo se siente una persona, cómoda o viceversa?
El socio ideal no existe en principio en la naturaleza. Y ni siquiera deberías hacerte ilusiones sobre esto. Las personas elaboran una lista completa de esas cualidades y características que debe tener el socio elegido. Y la vida pone todo en su sitio, sin prestar atención a estas listas.
Si aprende a dejar ir todas las cosas innecesarias, la vida no solo se volverá más fácil, sino que también se convertirá en un viaje emocionante hacia el mundo de la felicidad.