La terquedad y la intransigencia son dos de las mayores desventajas del carácter de una persona. Estas personas no reconocen las opiniones de los demás, consideran que su punto de vista es el único correcto y no está sujeto a discusión y refutación. Es por esta razón que estas personas a menudo permanecen completamente solas, sin nadie con quien compartir sus alegrías o tristezas.
Sin embargo, esto no significa para nada que se pierda el momento y todo se pierda, porque siempre puedes aprender a comportarte de manera diferente y comenzar a comunicarte con normalidad con las personas que te rodean. Esto ayudará a los consejos de psicólogos experimentados.
1. Antes de expresar su propia opinión sobre cualquier tema, primero piense en lo que va a decir varias veces.
2. Aprenda a escuchar y comprender lo que dicen otros panelistas.
3. Recuerde siempre que todas las personas son diferentes y razonan de manera diferente. Todos pueden tener razón a su manera, así que no se apresure a discutir.
4. Recuerde que todas las personas pueden estar equivocadas, así que no use sus errores en su contra.
5. Piense en cuándo comenzaron sus problemas para comunicarse con otras personas y trate de comprender qué lo causó.
6. Comprenda exactamente lo que siente cuando refuta las palabras dichas por el interlocutor: alegría, orgullo, tristeza, irritación, etc. Si comprende qué sentimientos lo abruman en este momento, entonces el motivo de este comportamiento se le aclarará.
Las razones de la incapacidad de tener en cuenta las opiniones de otras personas.
Puede haber varias razones por las que una persona no sabe escuchar y aceptar los argumentos de otras personas:
1. Egoísmo. Las personas con un carácter egoísta generalmente no están acostumbradas a aceptar la opinión de otra persona, excepto la propia. Creen que todo lo que dicen es la verdad de último recurso, y sus palabras no pueden ser refutadas.
2. Complejos infantiles. Muy a menudo, los niños que sufren complejos de inferioridad o timidez excesiva no saben cómo encontrar un lenguaje común con otras personas. Cuando crecen, se vuelven retraídos, intransigentes y tercos, lo que les impide aceptar el hecho de que otras personas pueden tener razón.
3. Crianza incorrecta y permisividad. Cuando los padres están demasiado ocupados y no tienen suficiente tiempo para ocuparse del niño, sino que solo compran su amor y afecto, este aprende a lograr lo que quiere de cualquier manera. Al ver que sus padres lo complacen en todo y no discuten, se da cuenta de su superioridad sobre las personas y aprende a manipularlas. Por eso en una vida adulta, independiente, no sabe escuchar y estar de acuerdo con sus interlocutores.