Los cambios positivos son difíciles de mantener. Siempre existe la tentación de volver al punto de partida. Y el papel decisivo en este tema no lo juega la falta de fuerza de voluntad, sino el entorno que forma a una persona. Sin embargo, cualquier obstáculo se puede superar. Si realmente desea perpetuar un buen hábito, use las siguientes reglas.
Dinos. No importa si de alguna manera puedes influir en las personas que te rodean. Lo importante es que al hablar de tus planes positivos mantendrás y fortalecerás los cambios positivos en tu carácter, lo cual puede ser de gran beneficio. Además, te permitirá comprender mejor y consolidar la esencia de un buen hábito.
Reunirse. La gente nueva creará una atmósfera de cambio positivo. Para ellos, ya serás una persona diferente, porque no te conocieron en el pasado. Por lo tanto, estas personas literalmente te empujarán a ser mejor. Digamos que, habiéndote conocido, dijiste que corres 3 kilómetros todos los días. Lo más probable es que durante la próxima reunión te pregunten cómo te fue en la carrera de hoy y reforzarán aún más el buen hábito.
Haz compromisos. El miedo al fracaso te hace fijar metas muy vagas y no contarlas a nadie. Después de todo, si pierde, será muy embarazoso e incómodo. Pero al hacerlo, se rinde antes de tiempo. El deseo real de cambiar no debe asociarse con el miedo. Míralo directamente a la cara.
Comuníquese con las cinco personas que más lo influyen y pídales que supervisen el proceso para lograr la meta. Diles que pueden reírse de ti si decides dar marcha atrás. Para aquellos que no tienen ninguna confianza en sí mismos, el siguiente método es adecuado. Acude a tus jefes y diles que pueden despedirte si fallas en tu tarea.