Un niño comienza a comprender y sentir su culpa por lo sucedido a la edad de 5-7 años. Muy a menudo, este sentimiento es cultivado deliberadamente por los padres que creen que están actuando con las mejores intenciones. Piensan que al hacerlo, están criando a su hijo para que sea una persona concienzuda y responsable. Pero no siempre, para corregir errores, basta con admitir tu culpa por ellos.
Instrucciones
Paso 1
Si regresa a la infancia, recordará que los adultos, padres o cuidadores le inculcaron la culpa por aquellas acciones que no les gustaron. Para un niño no había nada de malo en ensuciarse la ropa, pero después de esto, pudo escuchar de un adulto las palabras que no sabe cómo estar limpio, que es malo. Por regla general, no fueron las acciones en sí mismas las que fueron condenadas, sino la persona que las cometió. El sentimiento de culpa se introdujo en su subconsciente a través de un sistema de castigos y recompensas.
Paso 2
Gradualmente, a medida que envejecía, la culpa surgía cuando usted o sus acciones no cumplían con las expectativas que los demás habían puesto en usted. En este momento, hubo una sustitución del concepto de responsabilidad y culpa. A nivel subconsciente, entendió que no se requiere ninguna acción de su parte para corregir la situación, es suficiente con disculparse, admitir su culpa.
Paso 3
Posteriormente, tal sustitución le juega una broma cruel a un adulto que sinceramente no comprende lo que se necesita de él en la familia o en el trabajo. Por inercia, como en la infancia, sabe que ha cometido una infracción, pero ha demostrado que es culpable, se disculpa y cree que el tema se acabó. Pero las acciones de un adulto, que es responsable de otras personas y del trabajo que se le confía, no se asemejan a las fechorías de un niño que no tiene ninguna responsabilidad.
Paso 4
Comprenda que un adulto no necesita sentirse culpable. En el caso de que haya cometido un error, una disculpa ya no es suficiente; se espera que tome más medidas con las que corregir el daño causado a los demás.
Paso 5
Cuando dejas de disculparte mecánicamente, de admitir tu culpa, de un hábito infantil, y comienzas a esforzarte por ser siempre responsable de tus palabras y acciones, solo entonces puedes ser considerado un verdadero adulto. Deshágase de la culpa y desarrolle un sentido de responsabilidad si quiere que los demás lo tomen en serio.