Los celos han existido en todo momento, solo que si antes por eso peleaban en duelos o echaban veneno en la comida, ahora no es costumbre demostrarlo.
En general, los celos pueden tener dos motivos. Primero, es el miedo a perder a un ser querido. Y en segundo lugar, un excesivo sentido de propiedad, cuando una persona se considera tan importante y significativa que su pareja se convierte en su propiedad, sin derecho a tener su propia opinión o deseos.
Como cualquier otro problema psicológico, los celos son un sentimiento que nos llega desde la infancia. Este es un modelo de comportamiento aprendido por un niño en el proceso de educación. Si hay varios niños en la familia, entonces no hay duda de que competirán entre sí y, como resultado, mostrarán un sentimiento de celos. Si los padres les brindan suficiente amor y atención a esos niños, superarán este estado sin problemas. Otra situación es cuando los padres son sobreprotectores, violan el espacio personal del niño, interfiriendo con su vida personal. Luego, el niño transfiere ese modelo de comportamiento a su familia y también viola el espacio personal de su cónyuge, privándolo de su libertad.
No pienses que los celos son una manifestación de amor. El amor es, ante todo, el respeto a los intereses de la pareja, y no la eterna sospecha, desconfianza y escandalosas escenas de celos. A algunas personas les resulta útil dar razones de los celos de vez en cuando. Piensan que así podrán atraer la atención de su pareja. Pero esto es fundamentalmente incorrecto, porque de esta manera, socavarás la confianza y la relación se convertirá en una carga, tu pareja tratará constantemente de atraparte en una mentira, buscará engaños por todas partes. Algunas personas simplemente no pueden lidiar con sus sentimientos de celos. Si estás celoso de todo en fila, intenta hacer lo contrario: rodea a tu pareja con mimo para que él mismo empiece a buscar la forma de tomarse un descanso de ti. A veces sucede que los celos son una reacción defensiva cuando una persona celosa hace trampa, aunque sea mentalmente. Por lo tanto, intenta justificar sus acciones y pensamientos.
El secreto de la felicidad familiar es la observancia del espacio personal combinado con el ocio conjunto.
