Todos somos individuos únicos. Sin embargo, hay un rasgo que une a las personas. Casi todo el mundo sabe lo que realmente quiere. Incluso puede ver formas de lograr sus objetivos. Pero, al poseer dicha información, una persona no realiza ninguna acción en absoluto. ¿Por qué no hacemos lo que queremos?
Nos negamos a hacer lo que queremos. Y muchos se han encontrado con esto al menos una vez en la vida. Con el tiempo, aparece la autodecepción. Comenzamos a culpar a nuestra fuerza de voluntad por el hecho de que simplemente no existe. Esto conduce a la aparición de incertidumbre e indecisión. Entonces, ¿qué nos impide tener éxito en la realización de nuestros propios deseos?
Miedo banal
Quizás la persona simplemente tenga miedo. El miedo puede hacerte moverte, hacer algo, realizar tus deseos. Pero también tiene el efecto contrario. Es capaz de reducir la velocidad incluso si se ha elaborado un plan ingenioso o se ha inventado una idea inteligente.
La persona simplemente tiene miedo de cometer un error. No quiere enfrentarse a fracasos, críticas de las personas que lo rodean, burlas. Por miedo, abandona su propio sueño.
¿Qué necesita saber en tal situación?
- Absolutamente todas las personas tienen miedo. Pero al mismo tiempo, siempre hay quien avanza hacia el sueño a pesar de todo.
- El miedo es una pauta que indicará lo que hay que perfeccionar y corregir en uno mismo.
- Hay que aprender a vencer al miedo.
- En la mayoría de los casos, el miedo se basa en creencias falsas. Es necesario encontrar actitudes limitantes y deshacerse de ellas. Si no funciona por su cuenta, se recomienda buscar la ayuda de un psicólogo.
Ansia por la excelencia
¿Por qué no hacemos lo que queremos? La razón puede estar en el perfeccionismo. Debido al deseo de hacer todo a la perfección, podemos abandonar por completo el sueño. En la mayoría de los casos, es mejor cometer errores que no realizar ninguna acción.
Un perfeccionista es un crítico interior que siempre es infeliz. El resultado perfecto para él simplemente no existe.
Para comenzar a actuar en tal situación, debe identificar los criterios por sí mismo mediante los cuales puede comprender que ha logrado el resultado deseado. La especificidad debe ser visible en sus acciones para calmar al perfeccionista interior.
O tal vez es solo el deseo equivocado
¿Por qué no hacemos lo que queremos? Muy a menudo, como excusa, puedes escuchar que es solo pereza. Pero realmente no existe. La pereza esconde la desgana habitual. Quizás simplemente no quieras realizar tus deseos.
Por tanto, en primer lugar, es necesario comprender si estos son verdaderos deseos o fueron impuestos por la sociedad. En última instancia, implementarlos o rechazarlos. Lo principal es no guardarse para sí mismo.
Algunas razones más
- Constantemente nos comparamos con otras personas. En el contexto de su éxito, nuestros deseos pueden parecer inútiles. En consecuencia, no es necesario implementarlos.
- Muchas otras cosas que hacer. Quizás debido al trabajo, simplemente no hay tiempo suficiente para la realización de los deseos. En tal situación, debe hacer una planificación. Tenga un horario claro para sus actividades. Encuentra un lugar para los deseos en él.
- Búsqueda constante. En algunos casos, no comenzamos a realizar nuestros deseos, porque Nos parece que aún no hemos recopilado toda la información, no hemos recibido suficiente conocimiento. En esta situación, solo necesita comenzar a actuar, mientras realiza el entrenamiento.
- Opiniones de otras personas. Se ha recopilado toda la información, se planifica el plan, se calculan las acciones, pero no se procede con la implementación. ¿Por qué? Puede que nos preocupen las opiniones de otras personas, sus errores, recomendaciones, reseñas. Esto es estupido. Es mejor pedir la opinión de las personas cuando los deseos ya se han realizado.