Investigadores del Instituto de Información y Comunicación han estudiado el efecto de la publicidad online sobre la condición humana durante mucho tiempo. Resultó que el recuerdo de ella permanece en nuestro cerebro durante unos tres meses.
Una persona moderna pasa al menos 3 horas de tiempo libre en Internet. Durante este tiempo, el cerebro está ocupado no solo leyendo artículos y viendo álbumes de fotos, sino también arreglando información publicitaria. Los banners emergentes, la animación, el parpadeo y la información de texto simple se imprimen en la retina del ojo y entran en el cerebro independientemente de nuestro deseo.
Se debe prestar especial atención a las ventanas emergentes: imágenes pequeñas que se activan automáticamente. La mayoría de las personas optan por ignorarlos o eliminarlos inmediatamente de su campo de visión. Sin embargo, la aparición inesperada y los colores brillantes son molestos y persisten en la memoria.
Incluso si no nota ni recuerda ninguna información, el cerebro la almacenará. Entonces, a la hora de elegir una compra, una persona suele preferir el producto que ya ha visto, sin importar si lo recuerda o no.
¿Cómo proteger su cerebro de una sobrecarga de información innecesaria? Primero, controle el flujo de información que ingresa a su conciencia durante el día. En segundo lugar, instale programas especiales que bloqueen cualquier publicidad en Internet. En tercer lugar, mejore la capacidad de su cerebro para procesar más información.