Una persona no siempre puede estar rodeada solo de personalidades cómodas y agradables. La sociedad está formada por diferentes individuos, con los que a veces no quieres comunicarte en absoluto. Sin embargo, gracias a esas personas, podemos ver y darnos cuenta de nuestras deficiencias.
Los amigos nos ayudan en tiempos difíciles, nos apoyan con consejos o económicamente, sin embargo, y los enemigos también son nuestros "amigos". Señalan nuestras debilidades y debilidades. A menudo, en el enemigo, vemos esos rasgos de carácter que no nos permitimos expresar.
Para que el disgusto desaparezca, solo necesitas aceptar en ti mismo esas cualidades que están en un estado reprimido. Por ejemplo, un compañero de trabajo te molesta con sus modales groseros e insolentes. Considere, tal vez, que se prohíbe a sí mismo mostrar carácter en ciertos momentos de la vida.
A veces, la aversión es tan fuerte que solo quieres vencer a tu enemigo. Esto no significa que sea una persona agresiva y enojada. Este momento indica que es hora de hacer una introspección y descubrir el motivo de esta ira.
Al evitar cualquier contacto con nuestros enemigos, evitamos así la posibilidad de superación personal.
Existen los siguientes principios para comunicarse con una persona desagradable:
- Imagínese en el lugar de esta persona, “conviértase en él”;
- intente comprender el factor molesto;
- No se prohíba mostrar emociones verdaderas, reconózcalas.
También sería bueno visitar a un psicólogo y trabajar en grupos relacionados con problemas de comunicación. Esto le ayudará a darse cuenta rápidamente de su problema.