El resentimiento es una emoción natural que funciona como una reacción defensiva de la psique ante dificultades inesperadas. Sin embargo, con el tiempo, este sentimiento puede convertirse en agresión o incluso en un sentimiento de venganza. Para no perder el equilibrio mental, hay varias formas de lidiar con el resentimiento.
Según las estadísticas, todas las personas se sienten ofendidas al menos una vez en la vida. Sin embargo, cada persona sufre el resentimiento de manera diferente. ¿Por qué está pasando esto? Una persona tiene ciertos "puntos dolorosos", que al tocarlos, es muy fácil ofenderla. Algunas personas tienen menos de esos lugares, otras tienen más, de ahí los diferentes grados de resentimiento que surgen. También hay casos en los que una persona no parece estar ofendida en absoluto, aunque simplemente acumula todo en algún lugar profundo de su alma.
Por qué la gente se ofende: las principales razones
La razón más común de resentimiento es el simple cálculo. Una persona finge sentirse ofendida para obtener algún beneficio de su interlocutor. En este caso, no es para nada necesario sentir resentimiento, basta con fingir. Este método lo utilizan con más frecuencia las niñas para obtener lo que quieren de un hombre.
La siguiente razón es una incapacidad banal o una falta de voluntad para perdonar. En este caso, es posible que la persona ofendida no sepa qué fue exactamente lo que se ofendió; el hecho en sí y las disculpas posteriores son importantes para él.
Otro motivo de resentimiento pueden ser las expectativas injustificadas. Por ejemplo, una persona confía plenamente en que, después de la entrevista de hoy, definitivamente será contratada, pero no se le ha devuelto la llamada. O una niña en su cumpleaños quiere recibir un anillo tan esperado de su novio, con quien conviven desde hace más de cuatro años, y consigue unas románticas vacaciones junto al mar.
Qué hacer
1. Analice la situación: es muy posible que el interlocutor simplemente no sospeche que sus palabras puedan ofender a alguien. En este caso, debe ponerse en su lugar y comprender si esta persona podría darse cuenta, diciendo estas mismas palabras, que podría herir sus sentimientos.
2. Extraiga siempre lo que sea útil para usted de cualquier situación. Quizás el interlocutor señaló sus deficiencias, que sí existen. Se le puede agradecer por decirle esto a la cara y no difundir rumores a sus espaldas.
3. Es inútil sentirse ofendido porque la persona no estuvo a la altura de sus expectativas. Nadie sabe leer la mente y adivinar inequívocamente los deseos de otro. Es mucho más efectivo, por ejemplo, simplemente pedirle al esposo que tire la basura y a la suegra que se siente con el niño, que esperar a que ellos mismos lo averigüen, y luego también sentirse ofendido porque esto no sucedió.
El daño del resentimiento
Se ha comprobado que esta emoción provoca muchas enfermedades, por ejemplo, cáncer o cirrosis de hígado en una persona completamente no bebedora, migrañas e insomnio constantes, sin mencionar la falta de equilibrio mental. Vale la pena pensar en lo que realmente es más caro: ¿el orgullo y los sentimientos heridos o la propia salud?