El sentimiento de resentimiento es familiar para todas las personas. El resentimiento que penetra en el corazón envenena el estado de ánimo e incluso puede afectar negativamente la condición física. ¿Cómo hacer frente al resentimiento, evitar que se transforme en una depresión prolongada?
Si está ofendido, primero trate de calmarse, para que en un estado de pasión no cometa actos, cuyas consecuencias serán difíciles de corregir.
Las técnicas de autoentrenamiento, una caminata al aire libre o, si es posible, cualquier procedimiento relajante ayudarán a hacer frente a las principales manifestaciones del resentimiento. Si permite que se desarrolle la ofensa, entonces se pueden agregar un montón de emociones negativas a este sentimiento: decepción, desconcierto, enojo, ira e incluso un deseo de venganza.
Es importante darse cuenta de que el resentimiento suele ser una expectativa injustificada. No recibió las acciones esperadas de ninguna persona, o viceversa; en su opinión, no recibió en absoluto lo que quería o merecía.
Averigüe si su oponente podría haber sabido o al menos haber asumido sus expectativas. ¿Le hablaste de tus aspiraciones o simplemente estabas esperando a que él se diera cuenta? Muy a menudo las mujeres se sienten ofendidas por los hombres, esperando de ellos algo que ni siquiera conocen.
Incluya la autocrítica y piense: tal vez su susceptibilidad sea una manifestación de orgullo hipertrofiado, cuando todo lo que le rodea no va como usted quiere y está tratando de atraer una atención especial hacia usted con sus ofensas demostrativas. Entonces, honestamente, debes admitir que estás envenenando la vida no solo para ti, sino también para quienes te rodean.
Pruebe este truco psicológico que alivia eficazmente el resentimiento: Imagínese como un defensor de su abusador y trate de defender a su oponente. Es muy posible que empiece a pensar adecuadamente, entonces podrá justificar a su agresor y comprender por qué ocurrió el malentendido. Y comprender ya es un gran paso hacia el perdón.
Perdonar a su ofensor al menos en su corazón es lo mejor que puede hacer por su tranquilidad, incluso si no se ha disculpado con usted. Después del perdón, se deshará de los agotadores monólogos y diálogos internos con el abusador y restablecerá la armonía espiritual. Los cristianos mismos son los primeros en pedir perdón a sus ofensores, creyendo con razón que ellos mismos son los culpables de esta ofensa. En este acto se manifiestan cualidades humanas tan maravillosas como la humildad, la sabiduría, la bondad, la tranquilidad y la generosidad.