La conexión entre el entorno de una persona y el estado interior se ha notado desde hace mucho tiempo. Pero lo que viene primero, el orden en los pensamientos o el orden en el lugar de trabajo, aún no está claro. La práctica muestra que estos dos aspectos siempre aparecen juntos, lo que significa que es imposible ordenar los pensamientos si reina el caos a tu alrededor.
Instrucciones
Paso 1
Empiece por el exterior. Realiza una limpieza general de la habitación, empezando por deshacerte de todo lo innecesario e interferente. Elija entre las cosas que no usará, incluso si estos elementos le son queridos como un recuerdo o si planea "adjuntarlos en algún lugar". Si es posible, reparta el exceso a familiares y amigos. Tira el resto sin remordimientos.
Paso 2
Organiza las cosas en estantes y cajones. Que estén en tal orden que los más utilizados estén a distancia del lugar de trabajo o más cerca. Guarde lo que usa con menos frecuencia. Después de su uso, entrénate a no dejar objetos en ningún lado, sino a colocarlos en los mismos lugares que ahora les están asignados.
Todos estos preparativos pueden parecer sin sentido y no tienen nada que ver con la tarea principal, pero escúchate a ti mismo al final de esta etapa: tus pensamientos se aclararán un poco solo cuando mires la habitación actualizada.
Paso 3
Empiece un planificador diario. Escriba cada pensamiento en una hoja separada (oa través de la hoja), y debajo del pensamiento principal, todas las ideas relacionadas relacionadas con la finalización del negocio principal. Intente organizar las ideas en orden cronológico. Si tiene que tachar y corregir mucho a lo largo del tiempo, lleve un diario electrónico; le permite mantener la claridad de un pensamiento específico y mover fragmentos de texto individuales sin perder claridad. Al mismo tiempo, puede hacer correcciones después de un tiempo.
Paso 4
Relájate más a menudo. Una persona está acostumbrada a mantener un diálogo interno constante, pero esto no siempre es normal. Relaje todo su cuerpo y mente de vez en cuando, concéntrese en su audición, respiración, visión, el mundo que lo rodea y su lugar en él. No persigas todo el tiempo por algunas metas, date un descanso, especialmente tu cerebro. Realice estos entrenamientos una vez al día, durante unos 10-30 minutos, dependiendo del entrenamiento inicial. Durante la relajación, rehúse pensar en cualquier asunto, incluso en los más importantes. El tiempo pasará, y volverá a trabajar, comenzará a trabajar con renovado vigor.