Ira, agresión, irritabilidad, rabia: estos sentimientos son familiares para todos. Tarde o temprano, todos experimentaron estas emociones negativas, pero solo el comportamiento de las personas no es el mismo: algunos se comportan con mesura y dignidad, otros de manera violenta, violenta y fea (no se avergüenzan de declaraciones duras, gritos, abusos y maldiciones). La intemperancia arruina una carrera, la vida familiar, las relaciones y socava el sistema nervioso. Mientras tanto, es muy posible aprender a controlar las emociones negativas, a mostrar calma y moderación.
Instrucciones
Paso 1
Trate de no buscar a alguien a quien culpar. Nadie puede conducirnos a la rabia y la ira, excepto nosotros mismos. Más precisamente, nos dejamos llevar a este estado. Esté por encima de esto, no transfiera la responsabilidad a otros, aprenda a responder por sus acciones usted mismo. Esta es la única forma en que puede cambiar algo en su vida. Gritar "es mi culpa" sólo agravará la situación. No te dejes gobernar como un títere.
Paso 2
Trate de anticipar el problema que podría desencadenar un ataque de ira. Analiza las circunstancias en las que explotas con más frecuencia y trata de evitarlas. Aprenda a trabajar alrededor de esquinas afiladas. Si se calcula una situación tensa de antemano, puede modelar su comportamiento de antemano, sorprendiendo a quienes lo rodean con su perspicacia y moderación digna.
Paso 3
Cuando la ira y la irritación se acumulen, respire hondo y comience a hablar en un tono más tranquilo y mesurado (lento). No le expliques a tu interlocutor qué y por qué se equivoca en esta situación, no lo estigmatices ni lo etiquetes, pero trata de mostrar claramente tu actitud ante lo que está sucediendo. Respira con calma (y si es posible de manera uniforme) y deja que tu oponente grite. Cuando esté exhausto, le resultará más fácil explicarle algo.
Paso 4
No debe justificar su intemperancia y fervor con la notoria frase "sangre caliente corre por mis venas". Estallar, dar a la ira libre albedrío o refrenarlo: esto es lo que cada persona decide por sí mismo, y la sangre no tiene nada que ver con eso. Se mencionan rasgos de carácter como la moderación y la ecuanimidad (incluso de forma independiente).
Paso 5
Obtenga más información sobre las técnicas de autorregulación. El uso de estas técnicas ayuda no solo a aliviar la irritación, extinguir los arrebatos de ira, sino que también ayuda a encontrar la armonía contigo mismo y con el mundo que te rodea. Hablamos de yoga, pilates, ejercicios de respiración, prácticas orientales, etc.
Paso 6
En el camino para superar su enojo, recuerde analizar su comportamiento todos los días. Repite las situaciones que te han ocurrido mentalmente, saca conclusiones por ti mismo, reflexiona sobre cómo actuaste y reaccionaste entonces, y cómo habrías actuado ahora, cuando el sistema nervioso es normal y no estás nervioso. Puede escribir sus pensamientos en un diario personal: transferidos al papel, se perciben y se realizan con mayor claridad. Con el tiempo, notará que en su búsqueda de la moderación y la ecuanimidad, sus respuestas correctas se vuelven reflexivas.