Determinar el grado de amor no es fácil en principio. No se sabe cómo se mide este amor, en qué escala y en qué grados. Para las personas que se buscan a sí mismas con fe y fe en sí mismas, es difícil incluso imaginar cómo es el amor por Dios y cómo debería ser.
Instrucciones
Paso 1
Según los cánones de la iglesia, el amor a Dios es una especie de sentimiento perfecto, sincero, puro e inmaculado. Es absoluto y da una sensación de presencia divina, si no de seguridad. Si te imbuyes de amor por Dios, todo el miedo y la ansiedad se disiparán.
Paso 2
No se desvíe de su camino para amar a Dios si inicialmente es escéptico acerca de las creencias religiosas. Busque tantas fuentes como sea posible que puedan hablar sobre la esencia divina, lea atentamente el Evangelio (o el libro sagrado de la religión que considere cercana). Interésate, comunícate con personas iluminadas o sacerdotes. Trate de entender cómo se enamoraron de Dios y llegaron a la religión.
Paso 3
No dejes de visitar los templos. En la fe ortodoxa, si vas a la iglesia, significa que vas a visitar a Dios. Antes de eso, trate de despejarse de pensamientos preocupantes. Ore y escuche las oraciones. Esta es una conversación con Dios, agradézcale y sea honesto durante la confesión. Para los representantes de las religiones orientales, la meditación sirve como una especie de comunicación con Dios.
Paso 4
El amor en sí está asociado con la tolerancia, con el deseo de conocer la verdad. No debe haber lugar para el egoísmo o los pensamientos pecaminosos. Una persona que odia no conoce el verdadero amor por Dios. Este sentimiento perfecto debe ser absoluto, junto con misericordia. Excluye las emociones agresivas o despectivas.
Paso 5
Recuerde que el amor a Dios comienza con el amor al prójimo. Entrega tu cariño y los sentimientos más brillantes a tus seres queridos, sin dejarlos en reserva. Amando, no pierdes nada, solo llenas de luz y calor el corazón de otra persona o de cualquier ser vivo. El amor es el sentimiento más puro que pueden sentir todos los seres vivos de la tierra. Sea amable, trabaje en usted mismo y piense más en Dios. Después de todo, donde hay amor, está Dios mismo.