Nadie puede conocer plenamente la esencia de Dios, mucho menos verlo, oírlo o percibirlo con otros sentidos. Sin embargo, todos pueden escuchar la voz de Dios si se escuchan atentamente.
Instrucciones
Paso 1
Puedes escuchar a Dios incluso en una situación ordinaria, sin cambiar particularmente la rutina diaria. Solo escucha tu voz interior. Te hace preguntas que a menudo hieren tu autoestima y limitan tu comportamiento y algunas decisiones. Estas preguntas se relacionan con la ética y la moral, a menudo esta voz se llama conciencia.
Paso 2
Dependiendo del grado de desarrollo del ámbito moral y ético, se escucha la voz con mayor o menor claridad. Es característico que las personas que siguen el consejo de esta voz lo escuchen con más claridad, por así decirlo, “más fuerte”.
Paso 3
Diálogos con uno mismo. A menudo, al resolver cuestiones difíciles y buscar una salida a situaciones difíciles, piensas y sigues en tu mente el llamado "diálogo interno". La voz que te anima, te da consejos y te ayuda a encontrar la solución correcta es la voz de Dios.
Paso 4
A algunos profetas y santos se les permite escuchar la voz de Dios desde afuera, como las voces de las personas. Pero incluso un santo no puede estar seguro de la fuente de tal voz: la confianza en tal conexión con el Todopoderoso a menudo se convierte en la causa y síntoma de una enfermedad mental.
