A menudo, en la escuela, un adolescente tiene problemas con los maestros. Las razones del conflicto pueden ser diferentes, pero el resultado suele ser el mismo. Y es bastante deplorable para un niño, tanto en el sentido literal como figurado de la palabra. Disminuye el rendimiento académico, disminuye la autoestima, se producen trastornos neurológicos (problemas de sueño, falta de apetito, etc.). ¿Cómo se puede resolver esta situación?
Necesario
Atención, paciencia, objetividad … En ocasiones papel y lápiz para redactar una denuncia ante una autoridad superior o una solicitud de traslado a otra escuela
Instrucciones
Paso 1
Primero, los padres deben aprender a darse cuenta de los problemas de sus hijos en la escuela. Un conflicto con un maestro se evidencia por una situación en la que un niño está interesado en estudiar un tema, habla con desprecio sobre la personalidad del maestro o se pierde y se encerra en sí mismo cuando se le pregunta por él. En algunos casos, los padres tienen que mirar incluso un libro de texto escolar desfigurado sobre un tema específico. Todo esto, unido a la aparición de malas notas, que antes no existían, son manifestaciones de una actitud negativa hacia el docente y evidencia de un conflicto.
Paso 2
Charla íntima. Los padres deben averiguar las razones y la etapa del conflicto. Y sin una conversación franca, esto no se puede evitar. En la conversación, trate de no atacar al niño con reproches. Créame, incluso si se equivoca, ahora le resulta difícil. Pero complacer y recompensar la mala conducta de su hijo o hija tampoco vale la pena. Trate de ser objetivo e intente que su hijo vea la situación a través de los ojos del maestro.
Paso 3
En la mayoría de los casos, será mejor que el niño "arregle" la situación por sí mismo. A veces es suficiente con acercarse al maestro y pedirle perdón. Pero esto debe hacerse solo si el niño mismo se da cuenta de su culpa. De lo contrario, simplemente lo considerará como su incapacidad para proteger sus intereses y la violencia sobre su voluntad.
Paso 4
Habla con el maestro tú mismo, preferiblemente llevando a tu hijo contigo: deja que la generación más joven aprenda a resolver conflictos de una manera civilizada. Escuche las afirmaciones del profesor, las explicaciones de su alumno y trate de solucionar la situación de forma pacífica.