El hombre nace para ser feliz, ganando fuerza en armonía con el mundo que lo rodea. A veces somos incomprendidos, nos sonríen, nos traicionan vilmente. ¿Dónde encontrar la fuerza para redescubrirse en el amor?
Desde pequeños, nuestros padres nos han rodeado de amor. Su preocupación por nosotros parece ser una necesidad natural. Nuestro camino para comprender las relaciones humanas comienza con el amor por nuestros padres. ¿Qué impide que las personas se amen y se respeten como a sí mismas, como a sus padres? ¿Por qué olvidamos cómo dar amor a los seres queridos y obtener un placer sincero?
En el corazón de esto está el miedo a ser rechazado, el miedo a abrirse a una persona y escuchar sonrisas, y acercarse a una persona para experimentar la traición. Permitir que las personas que te rodean atormenten el alma es un lujo inadmisible y, al mismo tiempo, una trampa. Al bloquearnos de nuevos conocidos, nos privamos de la oportunidad de conocer gente buena, un ser querido.
Cuántas veces no pisaríamos el mismo rastrillo, cada nueva reunión es una pizarra en blanco. Deje de lado los prejuicios y confíe en la persona que se ha vuelto necesaria e importante para usted.
No te dejes desanimar en el amor. No pierdas la esperanza de ser feliz. Conoce el nuevo día como el primero de tu vida, porque realmente todavía tienes todo por delante.
El amor es responsabilidad, cariño y ansiedad, pero llena la vida de sentido. ¡Te llena de luz interior! ¡Y las luciérnagas son tan bonitas de ver!