El hombre mismo es el herrero de su propia felicidad y, como escribió Erich Fromm: "La felicidad es un estado de intenso trabajo interior y un sentimiento de aumento de la energía vital, que se produce con una actitud productiva hacia el mundo y hacia nosotros mismos". Al mismo tiempo, todos tienen su propia comprensión de la felicidad, pero hay algunas cosas en común que nos impiden ser felices.
1. Inactividad. Recuerda la anécdota de un judío que oró fervientemente a Dios y le pidió que ganara un millón en la lotería, y cuando los ángeles le preguntaron a Dios: “Bueno, ¿de qué sientes pena? ¡Que gane! Dios respondió que él mismo estaría feliz de contribuir a la victoria, pero un judío debería al menos comprar un billete de lotería. Para conseguir lo que quieres, muévete hacia lo que quieres, haz algo cada día que te acerque a tu objetivo.
2. Falta de pensamiento estratégico. A menudo, nuestros deseos momentáneos nos impiden lograr el éxito en el futuro, por ejemplo, si cuenta la cantidad de dinero gastada en malos hábitos durante todo el tiempo, entonces esta cantidad puede ser suficiente para un automóvil. Priorice y no permita que las tentaciones innecesarias destruyan sus metas realmente significativas.
3. Evitando la responsabilidad. A menudo podemos escuchar de algunas personas que sus vidas están mal: un mal esposo, hijos estúpidos, trabajo estúpido … La expectativa de que alguien más pueda hacernos felices lleva al hecho de que son ellos los que culpamos de nuestros fracasos. Pero pocas personas se preguntan: ¿por qué elegí a un esposo (esposa) así, por qué no pude enseñar sabiduría a mis hijos, por qué no puedo cambiar de trabajo? ¿Quizás porque nadie más me necesita así y no quiero cambiar? No culpes a los demás por tus problemas. Pregúntese: "¿Qué puedo hacer para mejorar la situación"? Confíe solo en usted mismo.
4. Lloriqueos. Gastamos energía tratando de encontrar un apoyo que justifique nuestra inacción, en lugar de gastar esa misma energía en buscar opciones productivas.
5. Falta de amor propio. Piensa, si realmente te quisieras a ti mismo, ¿te permitirías depender constantemente de malos hábitos, falta de conocimiento, otras personas, finanzas, etc.? ¡Ámate, cuídate y date la vida que realmente te mereces!
6. Dudas, timidez. Una persona tímida tiene miedo de condenar a los demás, lo que significa que los considera malas personas, capaces de ridiculizar (o de lo que todavía teme), y esto ya es una ilusión. Estas personas se consideran buenas, pero prefieren no hacer nada, para no cometer un error repentino y no admitir que son malas. No quieren equivocarse, aunque solo Dios no está equivocado. El miedo al error se enreda y la persona se vuelve insegura de sí misma y de sus acciones. Si no está seguro de algo, aprenda, practique, pregunte, pero no abandone sus metas y crea en usted mismo.
7. Envidia. Solo envidiamos lo que creemos que nos merecemos. No envidiamos a los peces que pueden no respirar durante mucho tiempo bajo el agua, pero envidiamos a un vecino que compró un coche nuevo. Si estás celoso, sientes que lo mereces. Todo lo que queda es encontrar la manera de lograr lo que desea, por ejemplo, preguntarle a su vecino cómo lo hizo.
En la búsqueda de la felicidad, recuerde la advertencia de A. Maslow: "¡Si tiene la intención de convertirse en una persona menos significativa de lo que le permiten sus habilidades, será una persona profundamente infeliz!"