Algunas personas tienen la capacidad de atraer a casi cualquier persona con ellas. Están constantemente en el centro de atención, mientras que su estatus está lejos de ser de suma importancia. Esto es carisma, es como magnetismo y atrae a los demás. Es bastante difícil convertirse en una persona carismática, pero cualquiera puede hacerlo.
Auto confianza
La confianza en uno mismo es un atributo esencial de un hombre carismático. Las personas que lo rodean ven que un hombre no duda de sí mismo ni de sus acciones y se siente atraído por él. Sea positivo, inicie una conversación con aquellos que sean interesantes para los demás, intereselos con su conversación. Es un gran error entablar conversaciones mientras se reprocha o se juzga a alguien. Tales conversaciones inicialmente crean una atmósfera negativa y alienan a los interlocutores.
No dude de sus palabras, hable con confianza. Mantenga un tono y un ritmo tranquilos en su conversación y enfatice las palabras importantes elevando el ritmo o el volumen de su voz. Habla clara y claramente. Para poner a prueba su propia confianza, grabe su discurso y escúchelo.
Lenguaje del cuerpo
La confianza y la comodidad de una persona se interpretan bien en su lenguaje corporal. Los movimientos incorrectos siempre delatan a una persona insegura, tímida e indecisa. Es importante comportarse de tal manera que los demás no tengan dudas sobre su confianza en sus palabras y acciones. Entrar en una habitación desconocida o estar rodeado de personas que no conoces, caminar con paso firme y mantener la postura, es lo primero que delata a una persona insegura. Al saludar a alguien, salúdelo con un apretón de manos firme, sonríe y míralo directamente a los ojos. Al realizar una conversación, párese o siéntese frente a frente con la otra persona, mantenga los brazos alejados de la cara y no los cruce sobre el pecho.
Practica tu lenguaje corporal mientras estás parado frente a un espejo. Finge que estás hablando con alguien y observa tus acciones.
Elevar la autoestima de los interlocutores
Un hombre carismático se distingue por la capacidad de hablar con cualquiera sobre cualquier tema. Sabe escuchar, dar confianza a quien habla, hacerlo sentir como el centro del universo. No se exalte frente al interlocutor, no lo interrumpa. Al mismo tiempo, no dejes que se sienta superior a ti, respétalo, pero sé igual a él.
Esté genuinamente interesado en la vida y los asuntos de la otra persona, pero no sea entrometido. Hágale sentir que está interesado en la conversación. Recuerde siempre los nombres de sus interlocutores. Al no olvidar el nombre de la persona, aumentará su propia importancia la próxima vez que la conozca.
El haraísmo no significa que otras personas simplemente se complazcan en comunicarse contigo. No pienses en lo que los demás piensan de ti, sé autosuficiente y exuda confianza.
Sentido del humor
La gente siempre se siente atraída por los interlocutores ingeniosos que pueden hacer buenos chistes. Una persona carismática debería poder crear una atmósfera de diversión sin mucho esfuerzo. En primer lugar, aprenda a reírse de sí mismo, pero no se ría de sus defectos, no se desprecie de sí mismo. Esta habilidad siempre exige el respeto de los demás, es un signo de verdadero carisma. Considere con quién está hablando cuando incorpore su sentido del humor. Por ejemplo, los chistes bruscos se pueden usar con personas que se visten holgadamente y se comportan de manera relajada. Las personas sensibles que no soportan las críticas reciben un trato diferente. Utilice solo bromas inofensivas y breves. Sea capaz de impresionar a los demás manteniéndolos interesados en la conversación.