La oración es la actividad eterna del alma. El alma siempre está conectada con Dios y la oración es una forma de fortalecer y desarrollar esta conexión. Para sentir el resultado de la práctica de la oración, debe comprender cómo orar correctamente.
La mejor oración es la mañana.
Es muy importante. Por supuesto, no hay prohibiciones de tiempo para la oración, pero el mejor momento es por la mañana. Si realmente queremos sentir la respuesta de Dios, su presencia en nuestra vida, debemos demostrarle nuestro deseo. Se puede probar de manera muy simple: hemos determinado por nosotros mismos el tiempo durante el cual cantaremos los santos nombres todos los días. Por ejemplo, dos horas. Y lo hacemos de una sola vez, por la mañana, sin estirar este tiempo durante todo el día. Esto te ayudará a sumergirte en la oración más que a repetir durante unos minutos a lo largo del día. Y lo que es más importante, el Señor se complacerá si ve que estamos haciendo tales esfuerzos por su bien y ciertamente nos responderá.
También por la mañana, el tiempo en sí ayuda a sumergirse en la oración: antes del amanecer y durante algún tiempo después, se vierte el bien en el aire. Este es un momento especial en el que la mente aún no está muy inquieta y es más fácil sumergirse en la oración. Si comienza a cantar los santos nombres solo por la mañana durante 1, 5-2 horas, puede ver cuánto cambiará su estado interior y toda su vida.
Necesitas encontrar algo que te ayude personalmente.
¿Qué puede ayudar a practicar la oración? Leer escrituras e historias sobre la vida de los santos, escuchar a una persona santa, música sagrada, comunicarse con los devotos de Dios en su tradición espiritual. Todas estas son formas de encender el deseo de hacer práctica espiritual en ti mismo. Después de todo, solo en contacto con Dios, sintiendo una conexión con Él, recibiendo comunicación (en diferentes formas) de personas santas, podremos comprender el significado de nuestra vida.
Existe una forma poderosa de aumentar aún más la inspiración a lo largo del camino. ¡Celebra lo que más te inspira! Y empieza a hacerlo todo el tiempo. Suena un poco demasiado simple, pero sin duda es la mejor regla para el entusiasmo en la vida espiritual. Acepta lo que es favorable. Si disfrutas de ciertas conferencias y tu oración se vuelve mejor y más atenta, ¡escúchalas! Me gusta e inspiro leer sobre la vida de un santo antes de acostarme, ¡léelo! Todos los que recorren este camino deben tener algunas cosas que sean muy inspiradoras. Después de lo cual la oración se vuelve mejor, vienen las emociones y las realizaciones espirituales. Y al enfocarnos en estas cosas, nos ayudaremos a tener siempre un gusto por la práctica espiritual.
También debe evitar cosas que interfieran con la práctica de la oración. De la misma manera, uno debe realizar un seguimiento de las acciones que afectan negativamente la oración y tratar de evitarlas. Quizás esto sea una mala comunicación, después de lo cual un estado de ánimo crítico en relación con los demás, quizás sea una cena tardía. Cada persona puede rastrear lo que le ayuda y lo que lo obstaculiza. Usando esto, se ayudará mucho a sí mismo a desarrollar una conexión con Dios a través de la oración y hacer su vida perfecta en todos los aspectos.